Según el informe elaborado por la AER Totoras del INTA, de los casos analizados se desprende que es muy baja la cantidad de productores/contratistas que realizan evaluaciones de pérdidas de cosecha y en los casos que las realizan es sólo “a ojo”.
Esta campaña, en la zona sur de la provincia de Santa Fe, se caracterizó por la ocurrencia de heladas tardías, en espigazón y floración provocando, en algunos casos, aborto de flores y daños en los tejidos reproductivos. Sin embargo, estas malignas temperaturas por debajo de los 0 C° no causaron demasiados efectos negativos sobre el rendimiento. Una buena reserva de agua en el suelo (proveniente de lluvias de otoño), alta radiación y temperaturas más bajas a lo normal alrededor del período de floración y llenado de grano (fines de septiembre y durante el mes de octubre) explican (entre otras variables) el elevado rendimiento promedio de 3.852 kg/ha en el área anteriormente mencionada, con picos de 6.500 kg/ha.
Respecto de las pérdidas en precosecha, se registraron valores extremos de hasta 39,5 kg/ha y 28 kg/ha en las localidades de Casilda y Venado Tuerto respectivamente.
En estos casos puntuales, la demora en la cosecha fue la principal causa de las altas pérdidas, con humedades de cosecha muy por debajo de la tolerancia de recibo, revolcados y quebradizos. En estos casos, además de las pérdidas registradas antes de que la máquina ingresara en el lote, deben sumarse las pérdidas de peso registradas a consecuencia de encontrarse el trigo con porcentajes de humedades inferiores a la de recibo del 14%. Por lo tanto, adelantar la cosecha implica beneficios importantes, reduciendo pérdidas en cantidad y calidad.
En cuanto a las pérdidas totales por cosechadora (de plataforma y cola), el 27,6% de las máquinas relevadas arrojaron valores de pérdidas por encima del máximo tolerable de 90 kg/ha. En estos casos, el 60% de las pérdidas fueron de cola y a consecuencia de que no se encontraban bien reguladas, el resto se debió a pérdidas por plataforma, principalmente por altas velocidades del molinete, lo cual origina desgrane y voladura de espigas.
El 72,4% de las de las máquinas restantes arrojaron valores significativamente inferiores al máximo tolerable. Si no se tienen en cuenta las máquinas que superaron los 90 kg/ha, el promedio de las pérdidas totales por cosechadora fue de sólo 28,4 kg/ha.
Como conclusión, el informe explica que en los casos en los que se registraron pérdidas por encima del máximo tolerable de 90 kg/ha, fue por demora en el inicio de cosecha en espera del cultivo maduro, originando altas pérdidas de plataforma por encontrarse el cultivo muy seco, susceptible al desgrane, revolcado y quebradizo.
