La crisis financiera internacional tiene para la Argentina un factor positivo: no faltará energía durante el presente invierno.
El presidente del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi (IAE), Jorge Lapeña, consideró que “la menor actividad económica se traduce en una baja de la demanda energética”. El incremento del consumo de energía eléctrica durante este invierno se espera que sea apenas del 1 por ciento, cuando en un año normal el país crece entre un 5 y un 6%.Para Lapeña, la situación actual es “similar al período posterior a 2001, cuando bajó la actividad económica y la demanda energética”.
Así, la crisis financiera le quitó un poco de “dramatismo” a los problemas energéticos de nuestro país. Este año, por ejemplo, según consideró el presidente de IAE, “no se producirán cortes de energía de gas natural ni energía eléctrica como en 2007”.Esta situación no repercutirá en un descenso de los precios porque, como es el caso del gasoil, está atado al precio internacional del petróleo. En el caso específico del gasoil importado, sin embargo, “no es lo mismo comprarlo cuando el crudo cotizaba a u$s140 el barril, que ahora que cuesta u$s60”. Así, la baja en el precio internacional del crudo es otro factor favorable para la Argentina.
De todas maneras, la situación energética continúa siendo un problema.”Estamos produciendo cada vez menos petróleo, menos gas, e importamos más, por lo que el sector está lejos de poder sostenerse sin recurrir a subsidios y fondos públicos”, agregó Lapeña.
En cuanto a las inversiones en infraestructura, el especialista consideró que”los capitales privados son escasos, casi nulos. Lo poco que se hace es con inversión pública”. Y agregó: “La insuficiencia de inversiones privadas es una gran falencia si se tiene en cuenta que la mayoría de las empresas están privatizadas”.
A este mal se suma que las inversiones públicas “son hechas de apuro y muchas veces sin tener resuelta la ecuación económica y financiera”. El resultado, según Lapeña, es que “se hacen obras pero no las suficientes; y los plazos y costos de ejecución son mayores a lo que hubiera sido si las inversiones se habrían planificado por organismos competentes”, destacó Lapeña.
Problemas estructurales. El presidente de IAE resumió los problemas energéticos argentinos en cuatro puntos: técnico, económico, institucional, legal y político.
“En hidrocarburos, la Argentina cada año produce menos”, destacó sobre el primer punto. “Normalmente, la demanda es creciente, por lo que la oferta decreciente es una cuestión a resolver”, agregó.
Más inversión y una mejor planificación de largo plazo, serían las soluciones. En cuanto a las cuestiones económicas e institucionales, el especialista lo resumió en un punto: “Si las empresas están en manos privadas debemos darles cierta seguridad jurídica para que inviertan en el sector”.
Entre otras cosas, para Lapeña, “es necesario que el sector empresario reciba tarifas justas, para lo cual es necesario que se las actualice”. Pero no sólo por eso, según el presidente,”un aumento de éstas repercutiría en un consumo doméstico más cuidado, y en un incremento de las inversiones privadas”.
Sobre los problemas legales, el especialista habló de la “falta de cumplimiento de los contratos por parte de la Argentina como factor de desincentivo a la llegada de nuevas inversiones”.
En cuanto a las cuestiones políticas, Lapeña aseguró que “existe un modelo de país que, en lugar de asumir los problemas se los niega, y esto no permite la formulación de proyectos a largo plazo”.
(Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario)
