Según las estimaciones de la Asociación de Plantadores de Arroz, en 2005 se sembraron 18 mil ha, entre 10 y 15% más que las 15.250 de la campaña anterior. De esta manera, el área dedicada al cereal en la provincia suma su tercer año consecutivo de crecimiento, luego del piso alcanzado en la cosecha 2001/02, cuando la superficie cayó a 6.500 hectáreas.
El presidente de la entidad de productores, Douglas Morgan, consideró que los cultivos se encuentran en buen estado, por lo que se esperan rindes que oscilarían entre 60 y 70 quintales, lo que se considera “de normal a bueno”. De tal forma, podrían superarse las 100 mil t, contra las 83 mil de la campaña anterior. En Santa Fe, la producción de arroz se concentra en dos departamentos costeros (San Javier y Garay) y, a diferencia de otros lugares donde se utiliza agua de pozo, el riego se realiza mediante el bombeo desde el río; y con energía eléctrica, que resulta 25 % más barata que el gasoil.
Este año, la escasez de lluvias hizo necesario un mayor nivel de bombeo, que a su vez fue dificultoso por la bajante del río San Javier. “Con una altura normal -del río- se bombean tres millones de litros por hora, pero cuando está bajo la bomba tira menos, unos dos millones de litros”, explicó Morgan, quien estimó que no hubo daños de consideración. “Los lotes que se sembraron más temprano se comenzarán a levantar en los próximos 20 o 30 días”, agregó. En la provincia existen unos 23 productores arroceros que, en su mayoría, explotan campos de entre 400 y 500 hectáreas. Este año la superficie total creció por las ampliaciones en las empresas existentes, pero también porque se sumaron otras nuevas, como la Corporación General de Alimentos (que utiliza la marca Gallo), que ahora explota los campos de Paduán y Compañía, empresa que fuera propietaria del ex molino Mocoví. El crecimiento del área también responde a la recuperación de la rentabilidad, tras la crisis que precedió a la devaluación, que en la provincia provocó una disminución del 50 por ciento en la superficie implantada.
El valor actual del cereal es de 38 o 39 centavos por kilo seco ($ 380 por tonelada). Aunque Morgan estima que lo ideal sería 45 centavos. Además, se espera una mejora del precio por las complicaciones en la producción de Brasil, que sufrió las inclemencias de la sequía, y el granizo en Uruguay.
Juan Manuel Fernández
Corresponsal de Infocampo en Santa Fe
