“La economía argentina, ahora, está crujiendo”.
“Hemos vivido del capital acumulado en los ’90. Para seguir creciendo al 8 ó 9% por año se necesitan inversiones. Y hoy no llegan”.
“Si anualizamos los actuales índices de inflación, tendremos un valor cercano al 15%. Y esto es inflación moderada. Para un país que tuvo 15 años de memoria de estabilidad, es preocupante”.
“La inflación se combate disminuyendo el gasto público, que crece sin parar en la Argentina”.
Las definiciones del doctor Roberto Alemann enseguida encontraron eco entre los empresarios y profesionales reunidos por la consultora SEMA en sus clásicas jornadas de actualización agroeconómicas: “hay que cancelar deudas ya”.
Por estos días, la búsqueda de un horizonte previsible que ayude, si bien no ya a despejar, pero por lo menos a acotar la incertidumbre en lo político y en lo económico, es una constante de preocupación en el sector.
Mientras tanto, las pantallas de los escritorios siguen de cerca lo que sucede con el clima y los mercados. En esa misma reunión, Enrique Erize, de la consultora Novitas, dejaba traslucir, una vez más, su opinión sobre el mercado de trigo. “Está por explotar. Es posible todavía esperar que el precio suba unos 30 ó 40 dólares más por tonelada, entre otros factores, gracias al efecto Mercosur”. Brasil tiene que comprar mercadería. Y la Argentina, supo diversificar sus destinos. Hoy las existencias nacionales apenas llegan a cubrir la demanda de nuestro vecino. “El año pasado, la industria molinera brasileña compró en cosecha. Y después el precio bajó. Este año, cambió la estrategia, aguardó pero se encontró este nuevo escenario”, explicó. Una buena para el trigo. La soja no presenta el mismo panorama. “La actual cosecha mundial es récord. Por lo tanto, la volatilidad de precios llegó para quedarse”.
En cuanto al clima, Adriana Basualdo, de la Consultora Climática Aplicada (CCA) confirmó que este otoño viene con lluvias normales y con heladas tempranas para el sur de La Pampa y sudoeste de Buenos Aires.
¿Qué hacer en esta coyuntura? La única respuesta deseable sería generar más empresas. El sector agroalimentario es uno de los pocos que sostenidamente lo ha venido haciendo. Por eso es que de aquí surgió una nueva generación de empresarios (del alemán “dador de trabajo”). Y no fue casual. Han sabido aprovechar las ventajas del modelo de los emprendedores que demostró ser el mejor para generar crecimiento y prosperidad. Aquel que permite potenciar las sinergias. Y en donde 1 + 1 es igual a 3. Sin empresas, se consolida la pobreza y la marginalidad.
Daniel Díaz | ddiaz@infocampo.com.ar
