“El gobierno brasileño mantiene la posición de que la medida es innecesaria, desproporcional e injustificada, a la luz de los problemas identificados en el sistema de rastreo y de la comprobada ausencia e riesgo a la salud humana y animal”, señaló el ministerio ayer, mediante un comunicado difundido por Bloomberg.
Por su parte, en un comunicado enviado a la prensa, el presidente del Consejo Nacional de Secretarios de Agricultura, Gilman Viana Rodrigues, consideró que el embargo a la carne bovina brasileña es “una decisión política”, ya que la UE no cuenta con argumentos técnicos para impedir la venta de carne de Brasil al bloque. “El sector técnico de la Unión Europea sucumbió a la presión de los productores de Irlanda, que reclaman por la competencia con la carne brasileña”, afirmó.
La UE, que compró una cuarta parte de los embarques de carne de Brasil el año pasado, dijo que limitará las importaciones del mayor exportador de carne del mundo debido a que no puede garantizar la sanidad de los animales. El bloque de 27 países sólo permitirá las compras de carne cruda de una lista de productores brasileños aprobados, hasta que el servicio sanitario de la Comisión Europea indique el grupo de haciendas que servirán de base para una nueva inspección, que será realizada hacia fines de febrero.
Para el presidente de la Asociación Brasileña de Productores y Exportadores de Carne Porcina (Abipecs), Pedro Camargo Neto, en cambio, la medida es una señal de que Brasil perdió su credibilidad. Por otra parte, el frigorífico Marfrig, el cuarto exportador de carne del mundo, anunció que mudará su producción y reestructurará sus exportaciones después que la Unión Europea restringiera las compras de carne de Brasil. Según la empresa, los límites de la UE a la carne de Brasil obligarán a aumentar la producción de sus plantas en la Argentina y Uruguay. ( Télam )
