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Fungicidas para un mejor rinde

En un ensayo realizado en Pergamino y Arrecifes en ciclos IV cortos y largos, el uso de fungicidas foliares en R3 incrementó los rindes entre 275 y 530 kg/ha.

En un ensayo realizado en Pergamino y Arrecifes en ciclos IV cortos y largos, el uso de fungicidas foliares en R3 incrementó los rindes entre 275 y 530 kg/ha.
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Por Infocampo

En la zona norte de la provincia de Buenos Aires, la enfermedad de fin de ciclo más característica es la mancha marrón de la hoja (Septoria glycines).

Para evaluar la respuesta de variedades de soja de distintos grados de madurez frente a la aplicación de fungicidas foliares, el INTA Pergamino realizó dos ensayos en Arrecifes y Pergamino, durante la campaña 2007/08.

Los ensayos se efectuaron en siembra directa, con maíz como cultivo antecesor. Las variedades de soja utilizadas fueron la A 4209, de ciclo IV corto, y DM 4870, un IV largo. El fungicida utilizado en los ensayos consistió en una mezcla de triazol y estrobilurina. Se aplicó en R3, con mochila manual de presión constante y un botalón aplicador de 200 cm, provisto de cuatro picos a 50 cm.

El Ing. Agr. Gustavo Ferraris, de Inta Pergamino, señaló que en las parcelas tratadas con fungicida foliar se observó que la enfermedad llegó a una menor altura, en relación al testigo.

En el ensayo efectuado en Pergamino se pudo observar que la enfermedad llegó a mayor altura de la planta en la variedad de grupo IV corto.

El profesional destacó que las variedades de grupo de madurez IV corto no lograron un cierre completo del canopeo: “Esta situación permitió que la enfermedad progresara al tercio medio de la planta”, señaló.

La aplicación de fungicidas foliares en el estadio R3 evidenció un incremento en los rendimientos. La respuesta media a la aplicación de fungicidas foliares osciló entre los 275 y 530 kg/ha.

En Pergamino, las parcelas con aplicación de fungicidas presentaron menor altura de la planta con síntomas de mancha marrón de la hoja que los tratamientos testigo.

El porcentaje de defoliación fue superior en las parcelas testigo, en relación con las parcelas tratadas con fungicidas.

En este ensayo, la respuesta media de aplicación a fungicidas foliares fue de 530 kg/ha. En Arrecifes, esta cifra alcanzó los 275 kg/ha. Ferraris explicó que en las dos localidades se observó una tendencia favorable sobre los rendimiento a la aplicación de fungicidas foliares en los grupos de madurez IV corto, con respecto a los IV largos: “Su aplicación fue una práctica válida para reducir las pérdidas en rendimiento”, explicó el profesional.

En cuanto al desarrollo de estas enfermedades en la Argentina, Ferraris detalló que se originan -entre otras causas- por las condiciones ambientales, el aumento de la superficie sembrada, y el uso de nuevas técnicas de manejo.

(Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario)

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