Adolfo, Samuel y Jorge Grobocopatel eran los hermanos que para los años 60 y 70 llevaban adelante el negocio agropecuario que habían heredado de su padre Bernardo, un inmigrante ucraniano que había llegado a la Argentina a comienzos del siglo XX.
Pero para mediados de los 80, la empresa familiar de Carlos Casares se rompió. Adolfo tomó parte de los campos y armó Los Grobo Agropecuaria, que al cabo de unos años se convertiría en el reconocido Grupo Los Grobo, que hoy pilotea su hijo Gustavo.
En cambio, Jorge se quedó con la parte del acopio de la empresa familiar y algo de campo. Su empresa pasó a llamarse Grobocopatel Hermanos SA y siguió operando esencialmente en el negocio de los cereales y la producción agropecuaria.
En la actualidad, la compañía ha ido ampliando su capacidad logística y a la planta original de Carlos Casares le agregó otra en las proximidades de Junín. Además cuenta con oficinas comerciales en Rojas, desde donde operan en la originación de granos.
Se estima que su capacidad de acopio puede rondar las 200.000 toneladas entre las dos plantas y estar moviendo un volumen cuatro veces superior de grano.
La estancia La Indufina es el campo insignia de la familia de Jorge Grobocopatel. Vinculada a los accionistas está Agropecuaria Los Grobitos, con idéntico domicilio comercial que Grobocopatel Hnos.
Esta empresa está dedicada a la producción agropecuaria en campos propios y alquilados.
De hecho es una importante receptora de las compensaciones que el Estado otorga a los productores de trigo. A marzo de 2008 se les había reembolsado $577.000 por esta vía.
En cuanto a su performance económica, el ejercicio cerrado al 31 de agosto de 2008 mostró un salto importante en el volumen de ventas, al pasar de $41,1 a 75,7 millones, es decir, un crecimiento de 84% interanual.
Sin embargo, el resultado neto se retrotrajo levemente desde los $13,6 millones en 2006 a $12,2 en 2007.
En tanto, la evolución de su patrimonio neto muestra un incremento de $33 a 45 millones entre ambos ejercicios.
La composición de las ventas de la compañía marca una importante participación de los granos de propia producción, representando el 31 por ciento del total.
Es también importante la facturación en materia de comisiones por ventas de granos, que suma otro 30% y los servicios vinculados al manipuleo de granos de terceros, que suma casi otro 30 por ciento.
En cambio, la venta de insumos, como semillas, fertilizantes y agroquímicos representa una parte minoritaria de la facturación, del orden del 10% de las ventas totales.
Al igual que en otras compañías presentadas en esta sección, se observa un importante incremento de los costos de los productos y servicios vendidos, que saltaron de $19,4 millones en el ejercicio 2006 a $44,6 en el 2007.
También se observa un incremento en la deuda bancaria informada por el Banco Central, que pasó de un nivel de $10 millones a comienzos de 2007, a $41,15 a diciembre de ese año.
Toda la deuda se encontraba en situación óptima de cumplimiento. El 40% estaba tomada con el Banco Industrial y el 28% con el Francés.