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Importar es la cuestión

Mientras que la capacidad de molienda nacional se encuentra ociosa, desde el complejo agroindustrial continúan reclamando para que se pueda importar materia prima de países limítrofes para luego ser procesada y exportada con valor agregado. Hoy es imposible.

Mientras que la capacidad de molienda nacional se encuentra ociosa, desde el complejo agroindustrial continúan reclamando para que se pueda importar materia prima de países limítrofes para luego ser procesada y exportada con valor agregado. Hoy es imposible.
infocampo
Por Infocampo

Los agroindustriales argentinos desde hace un año y medio comenzaron con el trámite en la Administración Nacional de Aduanas para que se pueda importar soja de países limítrofes y luego exportarla con valor agregado.

Hoy esa realidad se encuentra muy lejana, ya que sigue demorado el necesario cambio en el cálculo de la base imponible para la liquidación de los derechos de exportación. Según fuentes del sector, “la actual regulación hace inoperable el sistema e impide su utilización”. En la misma línea, Alberto Rodríguez, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA), comentó que “esta semana nos volvimos a comunicar con la Aduana, hicimos dos pedidos de audiencia y todavía no recibimos noticias. No nos dan ningún justificativo de por qué este tema no tiene una resolución”.

En el 2005 la capacidad de molienda, fomentada por las inversiones que realizó la industria en los últimos años, llegó a los 38 M/t, pero sólo se logró procesar 32 M. “Para este año, la capacidad llegaría a los 42 M, con volúmenes de producción similares al año pasado. Hay que dejar en claro, también, que, con el régimen de importación temporaria, los valores de la soja local no bajarían. Sólo importaríamos 2 o 3 M, y el mercado nacional no se vería para nada afectado, en realidad sería todo lo contrario. Ahora, como están las cosas, los costos no nos cierran”, contó Rodríguez.

Concretamente, lo que hoy busca la industria es captar parte de la producción de, por ejemplo, Paraguay, país que no tiene la infraestructura necesaria para realizar la molienda de su materia prima.

Los industriales argentinos invirtieron en los últimos años alrededor de u$s 700 M para incrementar su capacidad de molienda y lamentablemente este crecimiento, que es beneficioso para el país, puede trabarse ya que los costos no cierran y la ecuación se hace insostenible.

“Entre los años 1997 y 1998 importamos alrededor de 1 M/t de granos y la realidad mostró que no pasó absolutamente nada con los precios de la producción nacional. Sería mucho más fácil utilizar la soja argentina, pero si la producción no aumenta, esta situación sólo nos genera pérdidas campaña tras campaña”, sintetizó Rodríguez.

Yanina Otero

yotero@infocampo.com.ar

Mientras que la capacidad de molienda nacional se encuentra ociosa, desde el complejo agroindustrial continúan reclamando para que se pueda importar materia prima de países limítrofes para luego ser procesada y exportada con valor agregado. Hoy es imposible.
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Por Infocampo

Los agroindustriales argentinos desde hace un año y medio comenzaron con el trámite en la Administración Nacional de Aduanas para que se pueda importar soja de países limítrofes y luego exportarla con valor agregado.

Hoy esa realidad se encuentra muy lejana, ya que sigue demorado el necesario cambio en el cálculo de la base imponible para la liquidación de los derechos de exportación. Según fuentes del sector, “la actual regulación hace inoperable el sistema e impide su utilización”. En la misma línea, Alberto Rodríguez, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA), comentó que “esta semana nos volvimos a comunicar con la Aduana, hicimos dos pedidos de audiencia y todavía no recibimos noticias. No nos dan ningún justificativo de por qué este tema no tiene una resolución”.

En el 2005 la capacidad de molienda, fomentada por las inversiones que realizó la industria en los últimos años, llegó a los 38 M/t, pero sólo se logró procesar 32 M. “Para este año, la capacidad llegaría a los 42 M, con volúmenes de producción similares al año pasado. Hay que dejar en claro, también, que, con el régimen de importación temporaria, los valores de la soja local no bajarían. Sólo importaríamos 2 o 3 M, y el mercado nacional no se vería para nada afectado, en realidad sería todo lo contrario. Ahora, como están las cosas, los costos no nos cierran”, contó Rodríguez.

Concretamente, lo que hoy busca la industria es captar parte de la producción de, por ejemplo, Paraguay, país que no tiene la infraestructura necesaria para realizar la molienda de su materia prima.

Los industriales argentinos invirtieron en los últimos años alrededor de u$s 700 M para incrementar su capacidad de molienda y lamentablemente este crecimiento, que es beneficioso para el país, puede trabarse ya que los costos no cierran y la ecuación se hace insostenible.

“Entre los años 1997 y 1998 importamos alrededor de 1 M/t de granos y la realidad mostró que no pasó absolutamente nada con los precios de la producción nacional. Sería mucho más fácil utilizar la soja argentina, pero si la producción no aumenta, esta situación sólo nos genera pérdidas campaña tras campaña”, sintetizó Rodríguez.

Yanina Otero

yotero@infocampo.com.ar

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