Sobre el final del primer año del convenio INTA – Embrapa, especialistas de ambos organismos tecnológico agropecuarios se reunieron para revisar la experiencia desarrollada en materia de agroecología, centrados en la evaluación de cultivos de cobertura de suelos en sistemas de agricultura familiar.
“Como es el primer año del convenio, y ya se han armado los grupos interdisciplinarios de cada parte en Argentina y Brasil, hoy estamos haciendo el cierre y evaluando las actividades del cultivo de cobertura”, explicó Jorge Ullé, del INTA San Pedro, referente nacional del convenio por Argentina.
Por su parte, José Espindola, representante de Embrapa, explicó que “el principal objetivo de un proyecto como éste, es poder avanzar un poco más en la generación de conocimiento de tecnologías apropiadas para el uso del suelo en sistemas de agricultura familiar y, al mismo tiempo, poder intercambiar experiencias entre el equipo de Brasil y de Argentina”.
Sobre las fortalezas de este tipo de trabajo entre dos países, Espindola rescató el aporte que equipos interdisciplinarios de ambos pueden hacer: “Hay una demanda de la sociedad brasileña, y creo que también en la argentina, para la generación de tecnologías más sostenibles, más amigables y la preservación ambiental”.
En este sentido, el eje puesto en el trabajo con los agricultores es una característica distintiva. “En Brasil se considera muy importante no sólo la relación con el ambiente académico y los centros de investigación, sino también con las contribuciones que puedan hacer los productores”, señaló el brasilero y enfatizó que “hay una intención de incluir a los agricultores, no sólo en la validación de la tecnología, sino en los sentimientos que ellos tienen con relación al impacto que esas tecnologías traen para su sistema de producción”.