A principios de junio, el Gobierno difundió los lineamientos del plan ganadero y pidió a las entidades de productores que les devuelvan sus opiniones. En Coninagro esperan la reunión de la Comisión de Carnes, la semana que viene, para empezar a tomar posición respecto del plan. Por ahora, dicen que es muy positivo que el presidente Kirchner haya decidido sacar un plan por consenso, que coinciden con los objetivos del plan, pero que creen que habrá que hacer modificaciones en distintos aspectos.
Por su parte la Federación Agraria hizo pública la devolución de sus comentarios al plan, donde sobresale la idea de imponer precios sostén, algo que seguramente sus colegas en otras entidades van a resistir, y la de crear un fondo de $ 1.000 millones para financiar la recuperación de la actividad. En tanto, las Confederaciones Rurales Argentinas parecen debatirse entre las distintas posiciones que conviven en su seno. Cartez, la confederación de Córdoba y San Luis que lidera Néstor Roulet, llevaría la posición más dura, mientras que Carbap, de donde proviene el presidente de CRA, Mario Llambías, asumiría la posición más dialoguista.
Lo cierto es que en una semana en que se esperaba la respuesta del ruralismo al documento del Gobierno, CRA emitió un comunicado en el cual carga contra la reapertura parcial de las exportaciones cárnicas, la vigencia de las retenciones y la intervención en el mercado de trigo. Por tanto, el Consejo Directivo que se reunió esta última semana en Buenos Aires decidió continuar con las movilizaciones en todo el país para desembocar en un paro (se habla de un plazo de 40 días), a menos que aparezcan soluciones o cambios a los reclamos de la entidad.
Uso propio. En tanto se viene otro tema de igual o mayor envergadura. El secretario Campos tiene una propuesta de limitar el uso propio, es decir la posibilidad del agricultor de reservar grano de su propia cosecha para utilizar como semilla a la campaña siguiente.
La Sagpya pretende acotar este derecho, que en verdad es una excepción al del obtentor, limitando el uso propio a la misma cantidad de semilla que el productor originalmente compró. La semana pasada, en la inauguración de la planta de la semillera Satus Ager, Campos se lo planteó directamente a Julio Ferrarotti (Arpov-Relmó) y Raúl Palmieri (ASA-Dow) y quedaron en tener una reunión para avanzar sobre el tema.
Como dijo Patricio Lamarca, en diálogo con Infocampo, saben que no es la solución óptima, pero es un avance a lo que hay.
La idea es terminar con el festival de multiplicación a manos de la producción primaria. Si esto prospera, alguien que compra 100 bolsas de semilla certificada no va a poder reservar más que esa cantidad con lo producido.
Por lo bajo se admite que ciertos grupos de productores organizan la multiplicación de pequeñas cantidades de semilla, para luego distribuirlas entre sus integrantes. Las entidades también van a tener que tomar una posición sobre esto y ahí entrarán a jugar sus intereses y sus definiciones, como sería aceptar un uso propio oneroso.
Lineamientos
El plan define como beneficiarios a los ganaderos de hasta 1.000 cabezas o sea unos 180.000 productores.
Si bien en el documento principal no se habla del costo del programa, un adjunto menciona que la cifra asciende a $217 millones, aunque sin aclarar el periodo de tiempo que comprende.
La mayor parte de ese dinero iría a un programa denominado Cambio Ganadero, lo cual lleva la impronta de Cambio Rural implementado por Felipe Solá, cuando fue secretario de Agricultura.
De ese programa, $87 millones irían a sanidad y reproducción y 63 a pasturas. También se prevé $18 millones para trazabilidad, $4 millones para subsidiar un sistema de comercialización electrónico y $18 millones para apoyar los planes ganaderos de las provincias.
Pero no se especifica tampoco cómo recibirá el productor estos aportes.
