La Ciudad de Buenos Aires asegura que destinó más de 440 millones de dólares ($ 4114 millones) a obras hídricas desde 2007 hasta hoy; contribuyeron a que el agua drenara con mayor celeridad y a que los arroyos subterráneos no se desbordaran rápidamente, según publica La Nación.
La mayor parte de este plan millonario de mejoras “no vistosas” fue diseñada por funcionarios anteriores a la administración de Mauricio Macri, y ejecutada por éste en los ocho años de gestión. Así, Buenos Aires tolera hoy un máximo de lluvias de entre 30 y 55 milímetros en un lapso de una hora, según las zonas más proclives a inundarse. Antes, estos índices eran más bajos.
El último temporal trágico en la ciudad ocurrió el 2 de abril de 2013; llovieron 250 mm en un día, se inundaron numerosos barrios y hubo seis muertos. Desde entonces, se afinaron estrategias con alertas meteorológicas y se terminaron canales aliviadores, reservorios de agua y ensanches de sumideros.
Esto sirvió para mitigar las inundaciones en zonas como La Boca (Caminito), Palermo (Santa Fe y Juan B. Justo), Belgrano (Cabildo y Blanco Encalada) o el barrio River (en Lidoro Quinteros), entre otras.