Un golpe de suerte, una idea brillante, un aporte importante de capital inicial, la habilidad comercial y visión de futuro de alguien son a veces los motivos con que se justifica un emprendimiento exitoso. Pero la sustentabilidad no se logra sin una base fuerte y en oportunidades la unión de pequeñas fuerzas productivas que comparten objetivos parece ser la clave para alcanzarla.
Este es el caso de Amigo Fruits, un grupo de seis pequeños productores mendocinos de cerezas que unificaron esfuerzos y lograron armar un negocio que hoy es reconocido en el mercado internacional de las frutas.
En diálogo con Infocampo, Fabio Tacchini Welkerling, uno de los socios de Amigo Fruits, explica que el proyecto comenzó en 1998 cuando uno de los socios, que hoy conforman la empresa, pudo contactar compradores de Inglaterra que buscaban nuevos mercados de cereza debido a que Chile sufría una merma en su producción (el golpe de suerte). Concretado el primer envío, este socio detectó el potencial del mercado europeo (visión de futuro), y salió a buscar posibles socios para poder montar una empresa que pudiera responder el volumen de demanda y expandir posibilidades (habilidad comercial y capital inicial).
“Muchos nos preguntan en dónde radica nuestro secreto. Cuando empezamos, no teníamos nada y manejábamos todo nosotros. El éxito se basa en que hemos formado un grupo homogéneo que comparte objetivos y donde hay una gran confianza entre los integrantes”, dijo Tacchini (la unión de las fuerzas productivas).
En la provincia de Mendoza se producen alrededor de 15 millones de kilos de cereza por temporada de los cuales sólo el 10 por ciento se exporta y provoca un ingreso de divisas de 3 millones de dólares.
Amigo Fruits tiene 50 hectáreas en producción y están agregando otras 30 y en temporadas pico como la del 2001 han llegado a exportar hasta 50.000 cajas a un valor que ronda entre 15 y 20 dólares fob el empaque de 5 kilos.
Los destinos más importantes a donde llegan las cerezas de Amigo Fruits son Inglaterra, Francia, Holanda y próximamente Alemania. Desde hace tres años están llegando también al sudeste asiático y han hecho envíos a los EE.UU., mercado que se complica por las exigencias de tratamiento cuarentenario como medida preventiva de la mosca del Mediterráneo.
“Los norteamericanos son grandes consumidores de la variedad Rainier. En Chile hay poca y en Mendoza era destinada a la industria. Nosotros la hemos rescatado y le hemos dado un lugar en el mercado internacional”, explicó el productor.
La temporada de cereza se extiende unos cuarenta días entre fines de octubre y comienzos de diciembre. Como el período es corto y la empresa ya tiene una estructura montada de empaque y galpón de frío están desarrollando otras opciones para no paralizar la producción y así están exportando también melones, y comenzarán este año con hortalizas y uvas y estudian otras frutas como ciruelas, duraznos y nectarinas.
“Nuestro objetivo es extender la oferta de cereza en el tiempo, por lo cual estamos buscando asociarnos con empresas de la Patagonia, donde la temporada empieza y termina más tarde”, dice Tacchini .
En la provincia existe Mendoza Cherry Commission, una entidad que reúne productores de cereza de la cual Amigo Fruits forma parte. Tacchini resalta el rol de esa institución que promueve el desarrollo tecnológico y comercial y destaca que “gracias a su trabajo este año hemos logrado contactar clientes en Alemania”.
Finalmente, cabe señalar que Amigos Fruits fue distinguida con el Premio Banco Francés al Emprendedor Agropecuario 2004 por su trabajo “La asociatividad como estrategia de crecimiento para los pequeños productores agropecuarios”.
Por Carmela Obligado
Redactora de Infocampo
cobligado@infobae.com
