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Las últimas lluvias reorientaron la toma de decisiones de los productores

Recargas en el final de la ventana óptima de la siembra de trigo favorecen la inclinación sobre los ciclos cortos. A su vez permiten corregir algunas deficiencias de nitrógeno registradas en los materiales de ciclos largos.

Recargas en el final de la ventana óptima de la siembra de trigo favorecen la inclinación sobre los ciclos cortos. A su vez permiten corregir algunas deficiencias de nitrógeno registradas en los materiales de ciclos largos.
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Por Infocampo

La llegada de las lluvias sobre el cierre del tiempo óptimo para la siembra de trigo alientan las últimas implantaciones. Según el Departamento de Estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en diálogo con Infocampo, a nivel regional en el norte bonaerense, los registros promedian los 20 a 30 mm.

Aunque los milimetrajes registrados mantuvieron un patrón desuniforme, favorecen diferencialmente a los cultivares implantados, a aquellos a implantarse, y también permiten comenzar a ponderar las variables intervinientes en las futuras refertilizaciones.

En esta zona con una inclinación mayor por los materiales largos, esta campaña la proporción entre largos y cortos se invirtió.

De acuerdo al técnico Ignacio Terrile, de la Estación Experimental Inta Pergamino, el impacto sobre lo implantado permite una mejora en el arraigamiento del cultivo. Los cultivares de primera siembra más avanzados poseen entre dos a tres hojas expandidas.

De esta manera, con un crecimiento favorecido tolerarán mejor la llegada de las precipitaciones primaverales, que aguardan para finales de agosto y principios de septiembre, de acuerdo al registro histórico.

Según el especialistas, y refiriéndose a datos obtenidos sobre lotes experimentales, los perfiles de agua útil a finales de mayo mostraban 80 mm de agua acumulada, lo cual daba cuenta de un panorama deficitario para las primeras etapas.

Teniendo en cuenta que esta zona entra en cuenta regresiva para la siembra de trigo, las lluvias alientan la siembra de los ciclos cortos. Reanudar la implantación también permitiría zanjar aquellas deficiencias de nitrógeno registradas sobre los materiales tempranos.

Considerando el máximo aprovechamiento de estas lluvias, y corrigiendo la disponibilidad temprana, se optimizará la obtención de mayores rendimientos.

Técnicamente esta lluvias ayudan a los cultivos más avanzados, que luego de cuatro hojas expandidas ingresan al macollaje.

Para el productor que decida adentrarse más en la estación de crecimiento del cultivo para refertilizar, es importante tener en cuenta algunas variables, conocer la disponibilidad para estimar el complemento, el nivel de fósforo disponible para no comprometer la eficiencia de absorción de nitrógeno para un determinado rendimiento objetivo y evaluar la relación de precios.

De apuntar al potencial promedio zonal, de 35 a 38 qq/ha, Terrile comentó que aquel que no aplicó fósforo debe agregar nitrógeno en concordancia a las unidades de fósforo disponible. De lo contrario, una fracción de lo aplicado no se aprovecharía.

Respecto de la relación costo/beneficio, esta campaña la ecuación económica cerraría algo más favorable para la aplicación de fertilizantes.

(Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario)

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