Todas los desajustes presentes en el mercado ganadero se trasladaron al eslabón más débil: los criadores. Al tomar los datos del mes de marzo de los últimos 10 años, se observa que se necesitaron en promedio 1,15 kilos de novillo para comprar uno de ternero. Pero hoy esa relación se encuentra en apenas 1,00 kilo.
“La reposición del novillo pasa por un excelente momento para el invernador de compra, porque el ternero está tan barato como lo estuvo durante las crisis aftósicas”, señala un informe elaborado por el consignatario de hacienda Juan Barberis, director de la firma homónima.
En otras palabras: la intervención del gobierno, para los criadores, tuvo un impacto equivalente al cierre de casi todos los mercados externos de la Argentina.
El vientre preñado nuevo también está barato en términos de novillo. “Como promedio, durante los últimos 20 meses de marzo hacían falta 386 kilos de novillo para comprar una vaquillona, mientras que hoy sólo se requieren 342 kilos para esa operación; se trata de la relación más baja de los últimos 10 años”, indica Barberis.
En tanto, las categorías de vaquillona preñada y ternera se mantienen en una relación acorde con el promedio de los últimos 10 años (hoy se necesitan 378 kilos de ternera para comprar una vaquillona preñada).
