Los pequeños industriales siguen sus pasos al tiempo que el productor arrinconado por la presión empieza a ver cómo su rentabilidad desciende drásticamente.
“El INTA Rafaela analizó que acá producir leche en tiempos normales tiene un costo de entre 48 y 50 centavos”, señaló Lucio de La Barrera, tambero de la zona de Quemú Quemú y presidente de la Cámara Pampeana de Productores Lecheros, “de esta forma no podemos producir. En diciembre nos van a pagar 51 centavos el litro”.
Lo real es que el último mes la leche cayó un 6% en la tranquera de tambo. Los productores saben que las decisiones del Estado pesan sobre sus hombros. “Las retenciones, los precios máximos, y la no devolución del IVA sirven de excusa para bajarnos los precios”, sentenció De La Barrera.
Omar Jáuregui, productor tambero de la zona de Rivera en Buenos Aires y presidente de APLESOBEP, Asociación de Productores Lecheros del Oeste Bonaerense y La Pampa, afirma la preocupación de su colega De La Barrera: “Lo que es pastoreo no ha nacido prácticamente nada, nos estamos manteniendo con las banquinas y concentrado”. La situación se agrava, y para Jáuregui la solución sería desarrollar algún sistema de cuotificación. “Creo que el sistema es muy bueno. Creo en un mercado sin exportación dentro de ese cupo”, y aclaró: “Para exportar debe hacerse con contratos entre la industria y el productor que sean transparentes y auditables, de modo que no se vuelque esa producción al mercado interno”.
Está claro que el debate del futuro de la lechería se abre con el impacto climático, aunque estos sistemas exigen una transparencia poco frecuente en la vida nacional.
Walter García
