Gustavo Duarte, de DZD Agro, señaló que en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, con precipitaciones de 600 mm. Durante el ciclo y una eficiencia media de 7 kg/mm, el rinde debería ubicarse en 4,2 t. “El promedio de la zona es de 2,2 t, y a nivel nacional es de 1,7 t”, manifestó.
El profesional explicó que para alcanzar estas cifras se deben analizar cinco aspectos: calidad de ambiente, estructura del cultivo, nutrientes y agua, protección y pérdidas por cosecha. “El mal manejo de estas variables ocasiona pérdidas de hasta 2.000 kg/ha”, señaló.
Duarte sostuvo que las pérdidas por factores relacionados con calidad de ambiente pueden alcanzar los 350 kg/ha. En este punto, hay que tener en cuenta la elección de sitios, suelos y cultivo antecesor.
“Un error común de manejo es, en fechas tempranas, sembrar el girasol sobre verdeos de invierno que no tienen nada de agua en profundidad”, destacó. Con respecto al cultivo antecesor, señaló que el mejor es el maíz.
En este planteo, la fecha de siembra es una de las variables con mayor peso específico. Duarte explicó que, para la zona oeste, las fechas de siembra en septiembre/ octubre mostraron mejores resultados que aquellos cultivos implantados en fechas más tardías:
“En estos ambientes, la estimación es que el rendimiento desciende alrededor de 30 kilos en forma lineal, a partir de la segunda quincena de septiembre”.
Agregó que en caso de poca profundidad de agua es recomendable desplazar la fecha de siembra, para cubrir la necesidad de agua del cultivo.
Con respecto a la elección del híbrido, señaló que debe enfocarse desde la perspectiva de los ciclos:
“La densidad de siembra puede ubicarse entre 30/50.000 plantas”, sostuvo.
En fertilización, Duarte destacó que la deficiencia en nitrógeno puede resentir la expansión foliar: “Encontramos las mejores respuestas con 60 kg/ha de nitrógeno y altos contenidos de agua útil en la siembra”, destacó. En fungicidas, el profesional sostuvo que el momento adecuado de aplicación es en R1.