A escasos meses de la nueva etapa en el Parlamento, sumado a las últimas precipitaciones, podemos afirmar que el comportamiento en materia de inversiones inmobiliarias rurales es muy favorable.
En este punto debemos tener en cuenta que los capitales se instalan cuando las condiciones de seguridad jurídica, previsibilidad y rentabilidad son favorables.
Como país proveedor de materias primas, cada vez tenemos más poder de negociación con nuestros granos y carnes, porque compiten favorablemente en el mercado globalizado.
El estancamiento de la productividad pecuaria argentina se visualiza con claridad en la tasa de productividad ganadera.
Más allá del panorama en ganadería, en superficies con suelos de buena calidad, ubicación y manejo sustentable, sus dueños están escuchando ofertas que se acercan a sus pretensiones. Las últimas lluvias mueven la aguja en el rubro de ventas, y la búsqueda se orienta a establecimientos con suelos de muy buena calidad.
Otro punto saliente en estas operaciones es que se está percibiendo un cambio en los requerimientos de la demanda.
En este punto, los compradores están en la búsqueda de establecimientos con un piso de 700/800 hectáreas.
En este contexto, los precios en superficies destinada a maíz mantendrán su precio, con respecto a la campaña anterior.
En este punto, los precios evidencian una gran solidez, y no se pericbe una baja, se efectuarán operaciones con precios importantes.
En contrapartida, aquellos productores que son propietarios de establecimientos con suelos de mediana a baja calidad notarán una baja en los precios.
En este contexto, los precios de establecimientos ganaderos podrían caer entre un 10-15%.
Por ahora, nadie está capacitado para pronosticar la evolución de los precios de los granos, pero la demanda mundial de los alimentos es permanente y nuestras tierras los producen.
Por lo tanto, la demanda de campos seguirá activa y de muy buen ánimo.
Por Teófilo Bordeu
(Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario)
