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Pérdida de 2 quintales por ha

El nuevo ciclo agrícola no deja márgenes para hacer mal las tareas. Al final de la campaña, los productores eficientes obtendrán un balance diferencial de 17 quintales por hectárea.

El nuevo ciclo agrícola no deja márgenes para hacer mal las tareas. Al final de la campaña, los productores eficientes obtendrán un balance diferencial de 17 quintales por hectárea.
infocampo
Por Infocampo

Los cultivos de verano se preparan para recibir un pack de cambios centrados en la eficiencia de manejo y determinados factores de incidencia como la forma de aplicación de agroquímicos, o la nueva tendencia para el uso de fertilizantes que se basa en aplicarlos de forma líquida chorreada para evitar la volatilización que se daba en campañas anteriores.

Se trata de esenciales adelantos en productos y técnicas de aplicación que pueden llegar a generar una adopción masiva y que, por sobre todas las cosas, recaen sobre un dato de importancia: la realidad es muy distinta a la que se vivió años anteriores, donde el valor del uso de la tierra era menor, el de la producción era mayor, y el cambio de las reglas económicas favorecía más al productor agropecuario.

“Hoy, hay que tener en cuenta que por rendimientos de cultivos solamente se gana o hace un buen negocio si se es eficiente y se obtienen rindes superiores al porcentaje medio de cada zona”, sostiene el ingeniero Mario Bragachini.

En ese sentido, esto quiere decir que para lograr un aumento considerable de productividad se necesita un incremento en la tecnología utilizada.

Por eso, es necesario que el productor pruebe los equipos, se capacite para los cambios e interprete el valor de sus inversiones.

Sin ir más lejos, en Santa Fe durante las últimas campañas se perdieron entre 1 y 2 quintales por hectárea en los cultivos de trigo y soja por errores en la elección de variedades, control de malezas, implantación, control de insectos y enfermedades.

Algunos puntos de referencia, que sumados a la falta de programación en la comercialización y el aseguramiento de un buen precio, podrían ayudar a que muchos productores entiendan cuánto se achican los márgenes si se trabaja mal.

El crecimiento productivo de la Argentina ha hecho que el almacenaje a campo o la utilización del silo bolsa se presente como una alternativa para retener por un tiempo la cosecha. Según datos estadísticos, estos sistemas han pasado a ser los responsables de grandes pérdidas anuales por la mala conservación y el alto grado de “abandono” de los cereales que se guardan en las bolsas para silo utilizadas por muchos establecimientos.

Leonardo Stringaro.

Especial para Infocampo

El nuevo ciclo agrícola no deja márgenes para hacer mal las tareas. Al final de la campaña, los productores eficientes obtendrán un balance diferencial de 17 quintales por hectárea.
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Por Infocampo

Los cultivos de verano se preparan para recibir un pack de cambios centrados en la eficiencia de manejo y determinados factores de incidencia como la forma de aplicación de agroquímicos, o la nueva tendencia para el uso de fertilizantes que se basa en aplicarlos de forma líquida chorreada para evitar la volatilización que se daba en campañas anteriores.

Se trata de esenciales adelantos en productos y técnicas de aplicación que pueden llegar a generar una adopción masiva y que, por sobre todas las cosas, recaen sobre un dato de importancia: la realidad es muy distinta a la que se vivió años anteriores, donde el valor del uso de la tierra era menor, el de la producción era mayor, y el cambio de las reglas económicas favorecía más al productor agropecuario.

“Hoy, hay que tener en cuenta que por rendimientos de cultivos solamente se gana o hace un buen negocio si se es eficiente y se obtienen rindes superiores al porcentaje medio de cada zona”, sostiene el ingeniero Mario Bragachini.

En ese sentido, esto quiere decir que para lograr un aumento considerable de productividad se necesita un incremento en la tecnología utilizada.

Por eso, es necesario que el productor pruebe los equipos, se capacite para los cambios e interprete el valor de sus inversiones.

Sin ir más lejos, en Santa Fe durante las últimas campañas se perdieron entre 1 y 2 quintales por hectárea en los cultivos de trigo y soja por errores en la elección de variedades, control de malezas, implantación, control de insectos y enfermedades.

Algunos puntos de referencia, que sumados a la falta de programación en la comercialización y el aseguramiento de un buen precio, podrían ayudar a que muchos productores entiendan cuánto se achican los márgenes si se trabaja mal.

El crecimiento productivo de la Argentina ha hecho que el almacenaje a campo o la utilización del silo bolsa se presente como una alternativa para retener por un tiempo la cosecha. Según datos estadísticos, estos sistemas han pasado a ser los responsables de grandes pérdidas anuales por la mala conservación y el alto grado de “abandono” de los cereales que se guardan en las bolsas para silo utilizadas por muchos establecimientos.

Leonardo Stringaro.

Especial para Infocampo

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