El acuerdo trajo mucha inquietud en el sector más crítico de la UIA, obligando a sus directivos a reunirse con todos los ministros del Gobierno nacional y pedir explicaciones sobre lo que se firmó, según publica la Voz del Interior.
Tras estos encuentros, el presidente de la entidad fabril, Héctor Mendez, aseguró haber quedado “conforme”, pero nada se clarificó sobre las dudas planteadas originalmente, al tiempo que dejó trascender que técnicos de la UIA y del Gobierno seguirían trabajando en este tema. ¿Qué es lo que genera tantos reparos entre los industriales argentinos?
Este año, el déficit primario del sector público llegará a un rojo de 4,2 por ciento del PIB. Con exportaciones que no traerán más dólares para recomponer las reservas internacionales, la Presidenta se aseguró de China la provisión de 8.000 millones de dólares (yuanes convertidos a la moneda norteamericana) mediante el swap de monedas.
Partiendo de que el swap ya aportó 3.100 millones de dólares, los economistas advierten que de cada cuatro dólares de las reservas hay un yuan convertido. La dependencia china de este Gobierno es cada vez más alta.
Además, nadie tiene en claro el alcance de lo firmado. Un informe técnico debatido en el seno de la UIA previene que el convenio está más a tono con la estrategia china que con la necesidad argentina. En la última década, China busca “consolidar sus empresas transnacionales en cadenas globales de valor y obtener materias primas e insumos de baja elaboración para sus crecientes necesidades productivas y de empleo”.
Mientras convenios entre China y Brasil trajeron beneficios para ambos países, continúa el informe, este marco “expone a la Argentina a desfavorables condiciones replicando los acuerdos firmados por las naciones africanas”, que le permitieron al gigante asiático obtener recursos naturales a cambio de inversiones en infraestructura (ferrocarriles, caminos, energía) destinadas a extraer esos mismos recursos.
Pero además, el informe de la UIA menciona la falta de información sobre los contenidos de los acuerdos específicos y los perjuicios que esta alianza estratégica con China ya está provocando a la industria local.
Por caso, advierte que para el Belgrano Cargas se está tramitando la importación de 2,5 millones de durmientes por 200 a 300 millones de dólares. Hay seis empresas en Argentina que fabrican durmientes y que venden al transporte nacional. “Tal fue la premura, que ya se están probando en el Inti los durmientes de origen chino”.
El convenio también tiene la intención, desde el lado argentino, de resolver el déficit comercial con China. “La experiencia internacional indica que en acuerdos similares firmados por China con otros países de América latina, y anteriormente con África, no han logrado ni revertir balanzas comerciales nacionales deficitarias ni tampoco generaron complementación productiva”, reflexiona el estudio.
18.760 millones de dólares es el déficit que acumuló el comercio entre Argentina y China entre 2008 y 2013. El país vende porotos de soja, petróleo crudo y aceite de soja; e importa manufacturas de alto y medio contenido tecnológico.
