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Sector aceitero pide medidas que sean favorables al desarrollo

El sistema de gravámenes que hoy rige en Argentina en el régimen de admisión temporaria debilita la posición de la industria. Mientras la Argentina padece cierta indecisión, otros países tienen claras las políticas a implementar.

El sistema de gravámenes que hoy rige en Argentina en el régimen de admisión temporaria debilita la posición de la industria. Mientras la Argentina padece cierta indecisión, otros países tienen claras las políticas a implementar.
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Por Infocampo

A mediados de la década de los ’90, se debatía sobre si las mayores capacidades de procesamiento debían localizarse en origen o en destino. Es decir, si convenía a las grandes empresas multinacionales invertir más en la ampliación de capacidad de crushing en los países productores o en los países deficitarios.

La decisión política de China de apoyar al asentamiento de la gran industria aceitera puso fin a las cavilaciones y las inversiones empezaron a fluir hacia ambos frentes.

En un trabajo sobre lo que define el perfil de la industria aceitera argentina, la Bolsa de Comercio de Rosario explica por qué la estructura del sector no sólo está determinada por el nivel de abastecimiento de la materia prima y su nivel de desarrollo sino también por las políticas que siguen los gobiernos en apoyo del sector.

El marco político de un país determina las condiciones para el desarrollo de una industria, más allá de las políticas sectoriales.

Los derechos de exportación en la Argentina, más el reintegro a la exportación de aceite conformaron una política que, en algún momento, prestó apoyo a la industria aceitera, utilizada como forma de contrarrestar las barreras arancelarias existentes en países importadores.

El sistema de gravámenes que hoy rige en Argentina en lo que respecta a la admisión temporaria, debilita la posición de la industria. Ésta no puede recurrir a un mayor volumen de grano importado, proveniente de países vecinos, pese a que la logística le resulta favorable para aprovechar su capacidad a pleno.

En la Argentina, por lo tanto -argumenta el informe-, existe un claro ejemplo de políticas contradictorias: diferencial en derechos de exportación que favorecen la venta de aceites y harinas y un régimen de importación de materia prima, para su posterior salida como harina o aceite, que traba la mayor originación.

En Brasil no existen políticas sectoriales, ya sea de apoyo o que trabe la actividad de los aceiteros. Tampoco existe algo similar en EE.UU.

En China, hay una serie de políticas favorecedoras de la industria aceitera. Ya en este 2006 no estará más vigente el sistema de cuotificación, en un todo de acuerdo con los compromisos asumidos ante la OMC. Existe una estructura de aranceles diferenciados que favorece la importación de poroto en detrimento del aceite de soja. El arancel en soja es del 3% y en aceite es del 9%. A su vez, existe una especie de IVA sobre la harina de soja importada, que asciende al 13%.

Estas políticas sectoriales resultan fundamentales a la hora de hacer números y verificar el margen que deja el procesamiento de soja.

En lo que respecta al crecimiento industrial, cuando el sector es altamente competitivo, los márgenes de procesamiento tienden a achicarse, de manera tal que la vía de desarrollo de la industria es la escala, y con la escala viene la concentración. Tanto EE.UU, como Brasil y China están desandando este camino.

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