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Ser el del medio es conflictivo

Llevar adelante una pequeña o mediana empresa agropecuaria no es sencillo. El aumento de los insumos, la falta de infraestructura y la presión fiscal empeoran la situación.

Llevar adelante una pequeña o mediana empresa agropecuaria no es sencillo. El aumento de los insumos, la falta de infraestructura y la presión fiscal empeoran la situación.
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Por Infocampo

Según la Subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional son consideradas microempresas aquellas que hayan facturado entre $ 270.000 y $ 1.800.000, según al sector al que pertenezcan, tal como ocurre en el caso de las pequeñas empresas, que contarán con un tope que va de $ 1.800.000 hasta $ 86.400.000.

Los problemas ya se encuentran en los comienzos. Según la Encuesta Estructural 2004 del Observatorio Pyme, una de cada tres pequeñas y medianas empresas tiene dificultades para encontrar o contratar profesionales, y en el renglón de los técnicos especializados, las firmas con problemas superan el 50%. Paradójicamente, los números siguen enalteciendo la posición de las Pymes dentro de la economía nacional. Un trabajo realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, CAME, destaca que las empresas chicas y medianas lideraron el proceso de generación de empleo privado en los últimos dos años: el 92,7% de los puestos de trabajo creados entre 2003 y 2004 en el sector privado fueron pymes. Mejor ni mencionar los planes sociales que cosecha tras cosecha quitan mano de obra a los empresarios que quieren generar trabajo en un país en el que la mitad de la población está debajo de la línea de la pobreza.

“Si quieren eliminar las retenciones formen un partido político y ganen las elecciones”, decía semanas atrás el ministro de Economía Roberto Lavagna, en su perfil más contestatario. Según un trabajo del área económica de AACREA, la presión impositiva actual para el agro se encuentra entre el 58% y el 103% del resultado final sin impuestos de las empresas.

La falta de infraestructura es un tema cotidiano con el que debe luchar el empresario agropecuario. Para colmo, los precios siguen para arriba: los peajes de la ruta del Mercosur subirán a partir de septiembre un 12%.

Pero esto no es todo, más del 52% de las pequeñas empresas argentinas y un 45% de las firmas medianas, según una encuesta realizada por el Banco Mundial, señalan que el financiamiento es un obstáculo importante para el desarrollo de sus actividades. Mientras que el acceso al crédito es cada vez más engorroso y complicado por la suba de las tasas de interés.

De acuerdo con el INDEC, entre 1998 y 1999 desaparecieron en el partido de Pergamino 388 explotaciones agropecuarias, alrededor del 25% del total departamental. Los números son concretos: después del 2001 hubo una reactivación en la que el agro y las Pymes agropecuarias fueron el protagonista y motor indiscutido.

Lamentablemente, con este panorama tan complicado de presiones y desinterés del Gobierno parece que no ser ni chino ni grande es una lenta y tortuosa agonía diaria.

Yanina Otero

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