Un informe reciente difundido por Ciafa y Fertilizar indica un importante stock remanente del año anterior, producto de la visión excesivamente optimista existente al comenzar la campaña y el incesante aumento de los precios que se observaba.
La posterior debacle en los precios de los granos -previa a la de fertilizantes-, sumado a la sequía extrema, causó un gran daño económico a las empresas, no sólo de fertilizantes, sino de otros agroquímicos.
Como resultado, existe ahora un gran excedente, comprado a precios records.
Este carry over podría ser suficiente para atender la demanda hasta mediados de 2009, es decir la de la siembra de cosecha fina, que además no tiene buenas perspectivas. Las empresas no harán nuevas compras hasta que no licuen el excedente.
A nivel internacional, el panorama es similar: todos los importadores acumulan grandes reservas de mercadería, adquirida a precios altos. Ahora, los precios se encuentran en sus mínimos históricos, por la baja demanda.
Sin márgenes de rentabilidad, comercializan el producto a valores de reposición.Por otra parte, se perfila un tono más firme en la demanda, por el comienzo de las siembras de la cosecha gruesa en el hemisferio norte. En el ámbito local, si bien hay una baja de precios, todavía se está muy por encima de los valores de reposición. La baja es principalmente por falta de demanda, y se revertirá cuando comience la siembra de trigo.
El rango de precios es muy variable: el fosfato diamónico oscila entre 700/900 u$s/t; la urea entre 500 a 600 u$s/t. Hasta que la cadena comercial se deshaga de este stock, no habrá nuevas compras, y los precios podrían bajar en forma paulatina.
En este momento, el productor no muestra apuro en comprar. Habrá que esperar a ver cómo las empresas agropecuarias buscarán reducir gastos al momento de utilizar tecnologías. El productor también viene castigado por la sequía, y como generalmente la memoria es corta, pensará que este es otro año seco, desalentando las ganas de invertir en tecnología. Con esta perspectiva, el uso de tecnología en general, y de fertilizantes en particular, viene a la baja.
Un piso de 2,5 M de toneladas es una buena cifra para imaginar la campaña. El tonelaje base de fertilizante podría ubicarse en este rango. Es prematuro para agregar margen al optimismo, ya que el 70% de las ventas de fertilizantes se produce desde julio hasta fin de año.
La incógnita es cómo será la producción nacional. Todo indica que habrá menos trigo y maíz, y más presencia de soja. La realidad es que el productor busca maximizar su inversión y minimizar los gastos.En este sentido, lo más probable es que se aplique menos tecnología y busque cultivos más baratos, como la soja.
Ricardo Melgar
Técnico del Inta Pergamino
Especial para Infocampo
