No obstante, el grupo empresario confirmó su intención de que en el ex Cepa sólo quede un reducido grupo de trabajadores para mantener operativa la planta de la vecina localidad santafesina. Es por eso que de los más de 500 trabajadores que había al inicio del conflicto ahora sólo quedan unos 60, el resto se acogió a los retiros voluntarios.
La decisión de cerrar la planta fue tomada a fines del año pasado por el grupo JBS pero fue postergada hasta el 10 de febrero, luego hasta el 10 de marzo y ahora hasta el 10 de abril, en el marco de la mesa de negociación que se armó a instancias de los gobiernos provincial y municipal y del sindicato que agrupa a los trabajadores de la carne.
Durante el transcurso de ese tiempo más de 450 trabajadores aceptaron los retiros voluntarios, según informaron desde la Federación de Trabajadores de la Industria de la Carne. Al inicio del conflicto la planta tenía 517 trabajadores.