Un delincuente de 52 años se atrincheró este jueves junto a dos empleados del Juzgado Federal 2 de Lomas de Zamora, a los que mantuvo cautivos amenazándolos con un arma de fuego y una “faca”. El secuestrador exigió durante dos horas la presencia de medios de comunicación, y luego se entregó, según publicó Minuto Uno.
El preso, identificado como Gabriel César Conforti, estaría cumpliendo una condena por “encubrimiento y falsificación de documento”, aunque advirtió que nunca lo detuvieron por algún delito de los que dice haber realizado: “No saben los delitos que cometí, no tienen idea”.
Conforti se entregó ante el grupo táctico especial del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que manejó la negociación y liberó sanos y salvos al secretario Rafael Leal y la defensora oficial Andrea Carina Vago.
“Esto es el inicio de un reclamo. Calculo que a las 15, 16, estaré entregándome”, afirmó “Palmito Parantapa”, como pidió ser llamado cuando inició la toma, en diálogo con C5N. “Estoy dispuesto a dar mi vida”, agregó.
“Quiere que se presenten las cámaras de televisión para que pueda contar qué es lo que le pasa. Está tranquilo, pero le pedimos que vengan lo más rápido posible”, relató el secretario del Juzgado durante su cautiverio y dijo que el hombre “está armado con una pistola y un elemento cortante”.
“Estoy nerviosa por la situación, pero estoy bien”, agregó por su parte, la defensora oficial, en una comunicación telefónica.
El secuestrador detalló que fue combatiente en Turquía, Kuwait, en la Guerra del Golfo. “En 88 días recupero mi libertad. Con esto se prevé una pena de entre 5 y 25 años. Lo hago por mi Nación, por Argentina, porque mi sangre es celeste blanca, mis huesos dicen ‘industria argentina'”, relató “Palmito”.
Por su parte, Leal aseguró que el delincuente “ya venía preparado” porque había traído consigo los números de teléfono de todos los medios de comunicación.
En declaraciones a C5N, el secretario judicial sostuvo que Conforti “tenía un esquema delirante en su discurso, quería dar publicidad a lo que estaba haciendo”.
Leal contó que llegó a la oficina alertado por los gritos de la defensora, que fue la primera persona en ser tomada de rehén, por lo que intentó negociar con él.
Agregó que después de soltar a la rehén le entregó a él el arma y que nunca golpeó a nadie, “solo hubo forcejeos”.

