El INTA acompaña a los pequeños criadores porcinos en la evaluación de sus productos para disminuir la presencia de la triquinosis en el país, una enfermedad parasitaria que se transmite al humano por el consumo de carne mal cocida o cruda.
“El 20 por ciento de la producción porcina en la Argentina, que se encuentra fuera del circuito comercial, pertenece a las crianzas familiares, de subsistencia o de tenencia que no suelen realizar el control veterinario necesario para liberar la carne apta para consumo humano, según establecen las normativas del SENASA”, explicó la investigadora del área de Enfermedades Parasitarias del Instituto de Patobiología del INTA Castelar, Marcela Ruiz.
La triquinosis es una zoonosis causada por el parásito Trichinella spiralis y se transmite al humano por el consumo de carne insuficientemente cocida o cruda de cerdos o de animales de caza como jabalíes y pumas sin control sanitario.
Se trata de una afección que es considerada por la Organización Mundial de la Salud como “una de las enfermedades desatendidas en las Américas” y se origina en las zonas rurales agrícolas y peri-urbanas.
En el país existen más de tres millones de cabezas de cerdos, de las cuales el 29 por ciento se encuentra en la provincia de Buenos Aires, el 23 en Córdoba y el 18 en Santa Fe.