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Una historia emprendedora agroindustrial: de dibujar las máquinas con tiza a ser líderes en tecnología

Raúl Crucianelli es el presidente de la empresa familiar en la que se crió y trabaja desde hace más de 65 años. Un recorrido desde los modelos de sembradoras que su padre diseñaba “en tiza” y ahora portan las últimas innovaciones.

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Por Infocampo

El recuerdo de su infancia en la empresa familiar de maquinarias agrícolas es la primera foto del álbum personal de Raúl Crucianelli, empresario argentino, quien preside la empresa familiar en la que se desempeña desde hace más de 65.

“Más que industriales, somos equilibristas”, resume con humor.

“Estamos contentos por estar vivos en un país que tiene permanentes altibajos”, contó Raúl en una charla con Infocampo.

Según comentó, “esta empresa ya transita la tercera generación y hemos heredado de mi padre a pasión por lo que hacemos”.

Raúl Crucianelli Crucianelli 02

“Nos pareció que en un momento difícil como este teníamos que estar presentes. Hemos estado en las buenas, ¿por qué no estarlo en las malas?”, apuntó.

CAMBIO DE TENDENCIA

“Los vientos no son tan favorables en esta coyuntura y hemos pasado por un momento de sequía importante y creo que pasó lo peor. La Niña se está yendo y lo que más nos entusiasma es que estamos en un momento en el cual el campo va a empezar granos gruesos, ya sembró granos finos y no nos fue del todo mal”, expuso Crucianelli.

El cálculo en la empresa es que la siembra de fina, momento en el cual las sembradoras Crucianelli, la “especialidad de la casa”, salen a la cancha, la comparación con 2022 arrojó un 50% de merma en las ventas.

siembra trigo

“Pero estamos frente a la siembra de granos gruesos, que es la parte importante en la demanda de maquinaria agrícola”, comentó.

“Y además este es un año que creemos que terminará flaquito, pero estamos vivos y con esperanza. Y eso nos empuja a seguir”, aseguró.

DE LA TIZA A LOS ROBOTS

Las primeras imágenes mentales de Raúl en la fábrica de los Crucianelli viene de la mano a los dibujos que su papá hacía de maquinarias agrícolas, en tiza, que luego eran plasmados en papel y finalmente sobre los metales.

¿Cuánto llevaba ese proceso hasta la finalización de la unidad? Podía ser entre 15 días y un mes.

“Hoy es distinto. Hay un proceso de investigación comercial de quienes salen al campo a mirar la necesidad de los productores, porque el chacarero es el que te tracciona a ser cada vez más eficiente”, calificó.

Un ejemplo: en 1996 se transformó en la primera planta de sembradoras de Sudamérica y una de las pioneras a nivel mundial en contar con soldadura robotizada.

El productor argentino es el más eficiente del mundo y hace que la industria argentina se desarrolle”, aseguró.

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