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Uso del agua en la agricultura

Hoy se inaugura el decenio internacional sobre "el agua, fuente de vida", en ocasión de festejarse el Día Mundial del Agua. En los próximos 10 años, las Naciones Unidas y los gobiernos que la componen trabajarán en la optimización del recurso acuífero, en pos de satisfacer una demanda alimentaria cada vez más creciente.

Hoy se inaugura el decenio internacional sobre "el agua, fuente de vida", en ocasión de festejarse el Día Mundial del Agua. En los próximos 10 años, las Naciones Unidas y los gobiernos que la componen trabajarán en la optimización del recurso acuífero, en pos de satisfacer una demanda alimentaria cada vez más creciente.
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Por Infocampo

Las Naciones Unidas y la FAO inauguran hoy el Decenio Internacional para la Acción 2005-2015, bajo el lema “el agua, fuente de vida”, y bajo la premisa de consolidar “las políticas adecuadas y las buenas prácticas de gobierno para alentar y orientar a los agricultores hacia un mejor aprovechamiento del agua”.

Efectivamente, la agricultura es el sector que más agua consume. Según la FAO, “se necesita una tonelada de agua para producir un kilo de trigo y la mayor parte del agua que utiliza la agricultura es la lluvia conservada en el suelo”.

La organización internacional puntualizó que el 20% de las tierras agrícolas disponen de riego, pero sólo proporcionan el 40% de la producción agrícola mundial, por lo que resulta “estratégico garantizar la disponibilidad de agua” para asegurar la provisión de alimentos del mundo.

En este sentido, Jean-Marc Faurús, experto de la FAO en gestión del agua, remarcó que “la modernización de la agricultura de riego, mediante mejora tecnológica y reforma institucional, será esencial para incrementar la productividad del agua”.

Sin embargo, existen otras formas de optimizar el recurso agua, ligadas a la modificación de sistemas de implantación, como es el caso de la Siembra Directa en la Argentina, un modelo productivo que hace más de 15 años se practica en el país, y está siendo exportado hacia distintos lugares del mundo.

Este sistema trabaja bajo el convencimiento de que la rotación de cultivos, con el consiguiente reservorio de agua que ofrecen los rastrojos, es casi la única opción válida a la hora de resumir productividad y sustentabilidad.

A sabiendas o no de la siembra directa, la FAO encara el decenio del agua con la siguiente preocupación: “el sector agrícola afronta el complejo desafío de producir más alimentos con menos agua por unidad de producción; proporcionar a la población rural recursos para vivir una vida sana; aplicar tecnologías limpias que garanticen la sostenibilidad ambiental; y contribuir en forma productiva a la economía local y nacional”.

Desde nuestro país, mal llamado en algunos casos en vías de desarrollo, parece que hemos encontrado parte de esta solución.

Marianela Garbini

mgarbini@infobae.com

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