Al 20 de julio se sembraron 4,48 M/ha de trigo, una superficie equivalente al 83% de las 5,40 M/ha proyectadas con trigo de todo tipo en todo el territorio nacional, según indicó hoy un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En los últimos siete días se añadieron aproximadamente 480 mil hectáreas. Los avances más significativos se registraron en el sur de Córdoba y la franja este de la provincia de Buenos Aires.
La implantación pendiente se concentra en el centro-sur de Buenos Aires y en la provincia de La Pampa, donde los suelos siguen perdiendo humedad.
La falta de humedad hace cada vez más acotadas las posibilidades de siembra en la región sudoeste de Buenos Aires. Para que se cumplan los planes de implantación es clave que llueva durante las próximas dos semanas.
Los cultivos de trigo en el resto de las regiones productivas están en buenas a muy buenas condiciones en general, a pesar de algunos daños ocasionados por intensas heladas. De todas maneras, el ambiente frío favorece el enraizado y macollaje.
El informe de la Bolsa de Cereales destacó que la falta de abastecimiento en los fertilizantes nitrogenados determinaría una menor nutrición, lo que podría afectar el potencial productivo de los cultivos en algunas zonas.
Si bien la importación de urea perlada tendería a normalizar la oferta hacia el mes de agosto, muchos productores podrían reducir planes de fertilización a partir del encarecimiento de este insumo.
En la provincia de Córdoba los cultivos evolucionan en general buenos a muy buenos, gracias a la buena disponibilidad hídrica en la profundidad de los suelos. El intenso frío de la semana anterior afectó el aspecto de las primeras hojas, pero los técnicos locales destacan el beneficio al enraizado y macollaje. La condición sanitaria general es muy buena.
Los lotes con ciclos largos generalizan su ingreso a la etapa de macollaje, mientras que los más adelantados âdel noroeste mediterráneoâ atraviesan favorablemente la encañazón. Se observa en general una menor cantidad de nitrógeno aplicado a la siembra. La fertilización al macollaje no llegaría a compensar la menor dosis inicial, ya que, al mayor costo con que ingresaría la urea perlada, debería sumarse la menor efectividad que tendría por la sequedad de la primera capa.
En el centro-sur de Santa Fe la sanidad y la disponibilidad de humedad son adecuadas, lo que propicia un estado bueno a muy bueno de los cultivos. Los más adelantados formaron uno o dos macollos, mientras que los restantes tienen 2-3 hojas o están recientemente emergidos.
En el centro-sur de Buenos Aires, donde se concentran las regiones productoras de trigo más importantes de la Argentina, los mayores avances se localizaban en la región Mar y Sierras y la franja costera desde Coronel Dorrego hasta Necochea.
Hacia las zonas continentales extra-serranas los suelos continuaban con una sequedad en superficie que obligaba a esperar la ocurrencia de lluvias.
En el sudoeste bonaerense no llovió como se esperaba. Las precipitaciones dejaron una humedad acumulada prácticamente insignificantes que se evaporó con los intensos vientos.
