En los últimos años se fue adelantando la fecha de siembra de la soja. Uno de sus objetivos es tener una mayor disponibilidad de maquinarias y una ventana de tiempo más amplia en la implantación del cultivo. Esto presenta otra ventaja que es la diversificación de riesgos ante la posibilidad de estrés en el período crítico de determinación del rendimiento, es decir, hacia finalización de la fructificación y comienzos del llenado de grano, ya que sólo un parte de la superficie se sembrará en forma anticipada. De este modo el período crítico se adelanta hasta finales de diciembre y enero, por lo que se debe tener muy en cuenta que algunos lotes pueden correr el riesgo de sufrir déficit hídricos.
Otra ventaja es el adelanto de la cosecha, que en algunas oportunidades permite obtener un sobreprecio por la disponibilidad temprana del producto.
En estas siembras tempranas de soja que pueden llegar hasta los primeros días de septiembre en algnas zonas, se debe tener en cuenta que al sembrar muchos lotes en forma anticipada se los puede someter a la ocurrencia de factores de estrés más tempranos pueden afectar seriamente el rendimiento o, en el caso de las heladas tardías, obligar a la resiembra, lo que implica un mayor costo en semillas y siembra.
El arreglo espacial es un punto crítico. Se debe conocer que ante el adelanto de la siembra respecto de la fecha óptima, el crecimiento del cultivo disminuye, por lo que si no se adecuan las distancias entre hileras el cultivo interceptará menos radiación, lo que deviene en menor biomasa y rendimiento.
La elección de la variedad a utilizar es también un factor clave ya que hay diferentes respuestas al adelanto de la fecha de siembra. Por eso se deben elegir variedades que no pierdan demasiada altura y que compensen esa pérdida con aumentos en la densidad de siembra.
Los suelos comúnmente más fríos inciden en una emergencia mucho más lenta, la semilla permanece varios días bajo la superficie y esto da lugar a que patógenos fúngicos puedan ejercer presión negativa sobre la densidad del cultivo, por lo que es altamente recomendable el uso de fungicidas curasemillas para asegurar el stand de plantas y el uso de inoculantes que asegura la adecuada nodulación para satisfacer las necesidades de nitrógeno del cultivo.
Joaquín Rabasa
Especial para Infocampo
