Junto con la intersiembra, que ha tenido más prensa y ensayos a campo, la disposición de cultivos en franjas es otra de las opciones que permiten al productor hacer un mejor aprovechamiento de los recursos. Asimismo, desde el punto de vista de la sustentabilidad agronómica, favorece la incorporación del maíz en la rotación.
Durante el Congreso de Aapresid realizado en Rosario hace unos días, Martín Ambrogio presentó el trabajo que está haciendo en su establecimiento de San Sebastián, cerca de Río Cuarto (Córdoba), sobre suelos haplustol típico, durante la campaña pasada.
Se estudió el comportamiento de 6 franjas de maíz y 5 de soja de 800 metros de largo por 18 surcos de ancho, sembradas a una distancia de 0,52 m entre surco. Ambos cultivos fueron sembrados el 20 de octubre con una densidad de 8 semillas por m2 en maíz y 32,6 semillas por m2 en soja.
Se utilizó una sembradora de 18 surcos con fertilización al costado de la línea. Como los dos cultivos fueron sembrados de manera simultánea, la mitad de la sembradora se usó para maíz y la otra mitad para soja.
Se evaluó el efecto de interacción y bordura por medio de la determinación del rendimiento de los 5 primeros surcos laterales hacia ambos lados de cada franja, además de tomarse el rendimiento de los dos surcos centrales.
Resultados. El maíz en franjas rindió 11.010 kg/ha, esto es, un 8% más que el maíz puro, en tanto que la soja en franjas rindió 4.120 kg/ha, un 6,6% más que la soja en monocultivo. Medido en kilos, se obtuvieron 810 kg/ha más en maíz y 240 en soja, teniendo en cuenta que los testigos rindieron 10.200 kg/ha y 3.880 kg/ha, respectivamente.
Las franjas de maíz mostraron incrementos de rinde significativos en los surcos bordura, con valores que superan al testigo hasta en un 27%.
En cuanto a la soja, sólo los dos surcos borduras tuvieron una menor producción con respecto al testigo, alcanzando valores de -26% y -10% para el primer surco y segundo linderos a las franjas de maíz, pero se logró una compensación por el mayor rendimiento de los surcos centrales que tuvieron picos de rinde de 16%.
Una de las explicaciones del incremento en rendimientos en ambos cultivos puede asociarse a una captura más eficiente de la oferta ambiental. La diferencia de altura entre cultivos tiene una influencia muy importante en cuanto a la protección que le realiza el cultivo de mayor porte a la soja de los vientos y al mismo tiempo el maíz, cultivo con sistema fotosintético, podría capturar mayores recursos y potenciar sus rendimientos sobre los surcos borduras.
En este sentido, la intercepción de energía solar en los surcos que daban al norte en maíz (contra la soja) explican la diferencia a favor de la franja del cereal.
Los intercultivos en franja representan una opción válida ya que se generan microcortinas capaces de proyectar la capa límite del viento de 3 a 5 veces la altura del maíz, sirviendo el mismo de cortina de viento a la soja.
Esta campaña, Ambrogio sembró trigo en todo ese lote. La idea es que luego las franjas que fueron ocupadas con maíz se siembren con soja y las que tuvieron maíz con girasol.
Los mayores beneficios se logran por una captura más eficiente de recursos ambientales de parte del maíz, sobre todo los surcos que se encuentran como borduras. “Estamos generando un nuevo concepto de rotación permanente de los lotes”, destaca Ambrogio.
