Quien asuma la conducción del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria a partir del 10 de diciembre (siempre y cuando no confirmen a la actual gestión) se encontrará con una situación presupuestaria bien diferente de la existente cuatro años antes.
Es que el Presupuesto Nacional 2008 prevé una asignación por $448 millones para el funcionamiento del organismo sanitario en el próximo año, contra $157 millones que se le destinaban en 2003.
En ese momento, el organismo funcionaba casi exclusivamente con lo que recaudaba por aranceles y tasas.
El Estado se encontraba prácticamente ausente en esta materia.
Fue en 2005, cuando el Gobierno prácticamente le duplicó el presupuesto para llevarlo a unos $320 millones, lo cual significó un salto cualitativo, porque ese aumento de los fondos se lograba gracias a aportes del Tesoro Nacional y no ya subiendo aranceles y tasas.
Pero a los $350 millones que el Senasa tuvo para 2007, ahora se le agregan casi $80 millones más.
Además, esta semana el organismo anunció el otorgamiento de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), directo al organismo, por 100 millones de dólares, y un acuerdo con la Unión Europea, en el cual ese bloque de países pone 10 millones de euros, no reembolsables, para el fortalecimiento institucional del organismo.
“Lo destacable es que el crédito del BID es directo con el Senasa, y no por medio de otro organismo”, destacaron fuentes del servicio que hablaron con Infocampo.
El crédito se negoció semanas atrás en Washington (EE.UU.) y su concreción fue leída también como un gesto de confianza del Gobierno Nacional hacia el servicio sanitario. Si bien se crea una unidad ejecutora para la gestión de estos fondos, el hecho de que sean manejados por el Senasa, sin intermediación de otro organismo nacional, le da mucho más agilidad al sistema.
Según explicaron, estos fondos se utilizarán para combatir dos plagas de la fruticultura argentina, la mosca de los frutos y la carpocapsa, esta última que causa daños por 30 millones de dólares al año. y para montar laboratorios en todo el país y construir sedes propias para los centros regionales del Senasa y una veintena de oficinas locales.
Se trata de un crédito a cinco años, es decir unos u$s20 millones más por año y que se puede renovar cuando se haya ejecutado la mitad.
Es que la conducción que encabeza el médico veterinario Jorge Amaya y el ingeniero agrónomo Carlos Casamiquela siente que ha logrado avanzar sensiblemente en la jerarquización del organismo y destacan que se haya podido conformar y poner en funcionamiento los 13 centros regionales del Senasa, la famosa regionalización o descentralización operativa, tantas veces reclamadas desde sectores privados como públicos, que ahora se pone en marcha.
