La Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó hoy el primer libro blanco en el que se analizan las condiciones y políticas energéticas del país.
El texto, de 16.000 caracteres chinos, está compuesto por diez capítulos: Prólogo; Situación actual del desarrollo energético; Estrategias y objetivos del desarrollo energético; Promoción completa de la conservación energética; Mejoramiento de la capacidad de suministro energético; Aceleración del progreso de tecnologías energéticas; Promoción del desarrollo coordinado de la energía y el medio ambiente; Profundización de la reforma del sistema energético; Fortalecimiento de la cooperación internacional en la esfera energética, y Conclusión.
“El desarrollo energético de China enfatiza el ahorro, la limpieza y la seguridad”, indica el libro blanco, titulado ” Condiciones y Políticas Energéticas de China”.
Los temas básicos de la estrategia energética de China dan prioridad al ahorro, la dependencia de los recursos internos, el estímulo de diversos modos de desarrollo, la dependencia de la ciencia y la tecnología, la protección del medio ambiente, y el incremento de la cooperación internacional de beneficio mutuo, según el documento.
El país cuenta con abundantes recursos. Sin embargo, debido a su gran población, el promedio per cápita de los recursos es muy bajo, agrega.
De acuerdo con el libro blanco, el promedio per cápita de los recursos carboníferos e hidroeléctricos de China está en el 50 por ciento del promedio mundial, mientras que el de los recursos petrolíferos y de gas natural está en una desventajosa proporción de 1 a 15 frente a ese mismo promedio. Asimismo, el promedio per cápita de las tierras cultivables es de menos del 30 por ciento del promedio mundial, situación que ha dificultado el desarrollo de la energía de biomasa.
“Durante un largo tiempo, China ha dependido en gran medida de los recursos energéticos internos para desarrollar su economía. La tasa de autosuficiencia ha estado por encima del 90 por ciento, cifra muy superior a la de la mayoría de los países desarrollados”, señala el documento.
Los efectos del ahorro energético en China son sobresalientes, añade. Durante el período 1980-2006, el consumo de energía del país se incremenó anualmente en un 5,6 por ciento, lo que impulsó el crecimiento anual de la economía nacional de un 9,8 por ciento.
China está acelerando el desarrollo de una moderna industria energética, considerando la conservación de los recursos y la protección del medio ambiente como dos políticas estatales básicas, indica el libro blanco.
“El desarrollo energético de China realizará contribuciones positivas a la seguridad y estabilidad mundial en esta materia”, subraya.
Como el segundo productor de energía más grande del mundo, según el documento, China tiene unos cimientos relativamente fuertes para la producción y el suministro de energía.
El libro blanco señala que China es un país en desarrollo responsable, y que concede suma importancia a la protección ambiental y a la prevención del cambio clímatico global.
Con el objeto de coordinar el desarrollo energético y del medio ambiente, dice el documento, China se esforzará para controlar las emisiones de gases de invernadero, luchará contra la destrucción ecológica y la contaminación ambiental, prevendrá la contaminación generada por las emisiones de los vehículos motorizados, y ejercerá un estricto manejo ambiental de sus proyectos energéticos.
El país también llevará adelante un ajuste estructural, mejorará la conservación energética en la industria, lanzará proyectos de ahorro energético, y defenderá la conservación energética por parte de la sociedad, a fin de promover una conservación energética completa.
“China otorga máxima prioridad al desarrollo de las energías renovables”, destaca el libro blanco. Además, agrega que el país también desarrollará la industria hullera de forma ordenada, desarrollando activamente la energía eléctrica, acelerando el desarrollo del petróleo y el gas, y mejorando el desarrollo energético en las zonas rurales.
Fuente. Agencia Xinhua
