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Las lluvias mejoraron la situación de la soja sólo en algunas zonas

Se registraron importantes precipitaciones en la región agrícola núcleo. Pero las recargas fueron muy variables según la zona. Los cultivos en María Teresa, Sur de Santa Fe, recibieron buenos aportes. Sin embargo, aún queda un balance deficitario en muchos sectores centrales de la región pampeana, donde se requieren nuevas lluvias para alcanzar el potencial de rindes de la oleaginosa.

Se registraron importantes precipitaciones en la región agrícola núcleo. Pero las recargas fueron muy variables según la zona. Los cultivos en María Teresa, Sur de Santa Fe, recibieron buenos aportes. Sin embargo, aún queda un balance deficitario en muchos sectores centrales de la región pampeana, donde se requieren nuevas lluvias para alcanzar el potencial de rindes de la oleaginosa.
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Durante el día de ayer viernes se registraron importantes precipitaciones en la región agrícola núcleo (ver mapa). Pero las recargas fueron muy variables según la zona, que van de los 52 mm en Santa Teresa hasta los 48 mm en María Teresa; 30 mm en Pergamino; 16 mm en Monte Buey; 14 mm en Rojas; y 9 en Junín.

Los cultivos de soja recibieron algunas recargas oportunas. Sin embargo, la reposición de las lluvias dejó aún un balance algo deficitario en algunos ambientes. Muchos sectores centrales de Santa Fe y Córdoba requieren nuevos aportes para no afectar el potencial de los plantíos. La necesidad es mayor sobre la franja este y el sur de Buenos Aires, donde persisten las limitaciones por escasez de agua y gran parte de los lotes de soja de segunda se han perdido.

Las precipitaciones pasadas impulsaron el crecimiento pero el conjunto nacional sigue aguantando en muchos casos con la disponibilidad demasiado justa. Se trata de un momento clave, dado que la soja de primera inicia el período de mayor importancia (llenado de granos) en forma generalizada. Por ende, las lluvias que ocurran en los próximos días serán determinantes para los rindes finales del cultivo.

Las condiciones de los cultivos de soja de primera continúan disímiles según la suerte en las lluvias, la capacidad de retención de los suelos y el manejo cultural. Las buenas rotaciones, rastrojos, barbechos y fertilizaciones marcan a veces una gran diferencia entre lotes âvecinosâ.

También son trascendentes el grado de tolerancia a la falta de agua de los distintos cultivares y las labores de protección para minimizar la competencia de malezas o el daño al follaje âreducido por poco aguaâ, por plagas (orugas, tucuras, trips, arañuelas) y enfermedades. El conjunto de todos estos factores hoy determinan, en un mismo ambientes, un potencial muy bueno o solo regular, según sea el caso.

Por la menor disponibilidad de agua que deja el antecesor de invierno, los cuadros de segunda acusan con más notoriamente estos aspectos. En consecuencia la reducción en los rindes respecto al ciclo pasado podría ser todavía mayor.

Fuentes: Bolsa de Comercio de Rosario / Bolsa de Cereales de Buenos Aires

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