Un consorcio de centros biotecnológicos ‘casi todos estadounidenses’ lograron secuenciar la mayor parte del genoma de la soja (Glycine max). Los resultados del estudio fueron publicados esta semana en la revista científica Nature.
El dato crucial es que de los 18 centros biotecnológicos que participaron de la secuenciación, sólo uno no es estadounidense (el Riken Plant Science Center de Japón). Si bien la mayor parte de la producción mundial de soja se concentra en Brasil y la Argentina, ningún centro biotecnológico de los dos países participó del consorcio.
‘La soja y las otras legumbres tienen un papel esencial en la seguridad alimentaria global y la salud humana, y son usadas en una gama amplia de productos, tales como el tofu (queso de soja), harina de soja, sucedáneos de carne, leche de soja, tinta a base del aceite de soja y biocombustibles’ dijo Molly Jahn, subsecretaria de Investigación, Educación y Economía del USDA, según indicó un comunicado de dicho organismo estadounidense.
‘Esta nueva información sobre la composición genética de la soja podría llevar al desarrollo de plantas de soya que producen semillas que contienen más proteína y aceite, tienen más capacidad de adaptarse a las condiciones ambientales adversas y tienen más resistencia a las enfermedades’, añadió.
El consorcio empleó la metodología de secuenciación denominada ‘escopeta’ (whole-genome shotgun) y logró secuenciar el 85% de los 1100 millones de pares de bases de nucleótidos que forman el código entero de ADN de la soja.
La información provista por el nuevo mapa genómico de la soja permitirá acelerar la identificación y localización de genes de interés económico. ‘Hemos mapeado los sitios de aproximadamente 90 rasgos importantes que afectan el crecimiento y el desarrollo de la soja, los rendimientos, las cantidades de proteína y aceite, y la resistencia a enfermedades, entre otros rasgos’, dijo Randy Shoemaker, investigador del USDA-ARS Corn Insects & Crop Genetics Research Unit, con sede Ames, Iowa, quien participó del consorcio de secuenciación.
‘Con esta secuencia de alta calidad ahora tenemos acceso a genes candidatos nunca antes disponibles que nos ayudarán a estudiar sus patrones de expresión, desarrollar marcadores moleculares para seguir su pista en programas de selección, determinar su función y modificar estos genes para mejorar esa función’, añadió.

