Publicidad Cerrar X

Picudo Negro: la soja acechada por plaga "recargada"

Su biología dificulta el control, y así su área de extensión crece. Técnicos y productores trabajan en la solución.

Su biología dificulta el control, y así su área de extensión crece. Técnicos y productores trabajan en la solución.
infocampo

La soja parece no tener descanso desde el momento en que se  implanta. Cada región le ofrece una adversidad contra la que luchar.

Así como a la zona núcleo ha llegado la mancha ojo de rana, en el NOA se encuentra el picudo negro (Rhyssomatus subtilis).

“En la campaña 2006/07 detectamos los primeros ataques de este coleóptero”, indicó Augusto Casmuz, especialista en zoología de la Estación Experimental Agropecuaria Obispo Colombres (Eeaoc), en diálogo con Infocampo.

Esta plaga, emergente en el cultivo en el noroeste del país, está trayendo más de un dolor de cabeza a productores y técnicos, ya que no se encontraba citada como plaga en ningún otro cultivo del mundo.

Casmuz contó que ya estaban familiarizados en el manejo de este tipo de picudos, ya que la oleaginosa es afectada por otro coleóptero, el picudo del tallo. Aunque, al compararlos, el comportamiento tiene pocos puntos en común.

“El adulto del picudo negro ataca  los brotes de la soja, al igual que lo hace la isoca bolillera;  esto puede producir  la muerte de la planta o un daño parcial”, subrayó el especialista, abocado a la investigación de este problema en la zona.

“Con el daño del ápice terminal, la planta pierde dominancia apical y puede morir; en los casos en que esto no sucede, queda rala”, agregó.

Sin embargo, este no parece ser el mayor problema. “En los estados reproductivos, la hembra adulta ovipone en las vainas, y con el nacimiento, la larva comienza a alimentarse de los granos verdes”, aclara.

También, entre los efectos colaterales, los daños en el grano son puerta de entrada para patógenos de semilla.

Las similitudes que emparentan a estas dos especies de insectos pertenecientes al mismo orden son:  tienen una generación por año, las larvas se encuentran protegidas (en el caso del picudo del tallo, la larva se oculta en el tallo o las hojas, mientras que el picudo negro se protege en las vainas); también la emergencia de ambos está muy ligada a la ocurrencia de lluvias, y ambas especies se alimentan de leguminosas (soja o poroto), lo que asegura su supervivencia.

La principal diferencia, que es la causa más importante que dificulta el manejo, es el modo de emergencia de adultos desde el suelo.

En el caso del picudo del tallo, la emergencia comienza a mediados de diciembre y se extiende hasta mediados de febrero, con picos identificables.

Según el especialista, esto posibilita un control más eficiente de este insecto, y así, si al monitorear hay dos picudos por metro cuadrado, hay que aplicar insecticida.
En referencia al picudo negro, la emergencia comienza en el mismo momento, pero se extienden hasta finales de marzo y principios de abril.

“De esta manera, aunque se controle, rápidamente hay una nueva camada de adultos que está ocasionando daños”, marcó el especialista.

Además, en este caso no tenemos identificados los umbrales de daño que nos determinen cuál es el mejor momento para aplicar.

Una de las estrategias que ayudaría a bajar la incidencia en el cultivo es llevar a cabo rotaciones con cultivos extensivos a gramíneas de verano.

“La solución para el problema no pasa solamente por rotar un año, sino que también esa rotación debe ser planificada de tal forma que los lotes vecinos sembrados con soja hagan un eficiente control del insecto en cabeceras para limitar el ingreso al lote”, destacó Casmuz.

En esta región, los índices de rotación con gramíneas son muy bajos, del orden del 10%, “es decir, hay que llevar los niveles de rotación sostenidos en el tiempo para llevar la plaga a niveles de daño que el sistema productivo lo logre tolerar, no basta sólo un año de rotación”, agregó.  

Fundamentalmente, el manejo de insecticidas está orientado al control del adulto, pero éstos pueden extenderse hasta estados reproductivos muy tardíos.”Aunque en ensayos no practicamos aplicaciones muy tardías, hay productores que llegaron a aplicar hasta R7. Esta campañas pensamos realizar aplicaciones de este tipo que nos permitan evaluar la incidencia del insecticida sobre la población que emergerá la campaña entrante”, afirmó.
“A la larga, el monocultivo te pasa algún tipo de factura, y en esta región los costos los vemos con estas plagas de muy difícil control; desconocemos hasta dónde puede expandirse, y por sus características tiene mayor potencial, ya que se encuentra en áreas marginales.”

Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario 

Alertas Infocampo por Whatsapp

Ingresa tus datos y número de WhatsApp en nuestro formulario para comenzar a recibir alertas personalizadas del sector agropecuario.
¡Mantente al tanto de las últimas noticias y actualizaciones en tiempo real!

Seguí leyendo:

Temas relacionados: