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Lucha contra el picudo: Chaco exigirá el cumplimiento de fechas de siembra y destrucción de rastrojos

Autoridades provinciales informaron que en sembradíos donde se usaron trampas de feromonas se efectuó la pulverización de bordes, recuento de picudo en lotes y se utilizaron agroquímicos con dosis recomendadas.

infocampo

El Gobierno del Chaco, a través del Ministerio de Producción y Ambiente, exigirá el cumplimiento estricto de las fechas establecidas para siembra y destrucción de rastrojos con pulverización, medidas indispensables para combatir la plaga del textil. A la vez, resulta fundamental el trabajo asociado con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), las cooperativas, comisiones zonales, el INTA, el Consejo de Ingenieros Agrónomos y la Fundación para la Lucha Contra el Picudo del Algodonero (FULCPA).

Desde la cartera productiva informaron que, en sembradíos donde se usaron trampas de feromonas, se efectuó la pulverización de bordes, recuento de picudo en lotes y se utilizaron agroquímicos con dosis y frecuencias recomendadas. De esta manera, el daño provocado por el picudo no será importante en esta campaña.

Un informe elaborado por la Subsecretaría de Agricultura del Ministerio de Producción detalla que la presente campaña algodonera se inició bajo condiciones muy favorables para el ataque del picudo, puesto que la finalización de la anterior (campaña 2009/10) fue tardía, no hubo una oportuna destrucción de rastrojos, no se hicieron los tratamientos contra el insecto una vez picado el rastrojo y hubo siembras muy tempranas, adelantadas respecto a las fechas establecidas por el SENASA.

A solicitud del Gobierno del Chaco, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, a través de una firme decisión tomada por su titular, Julián Domínguez, dispuso un aporte extraordinario de 20 millones de pesos para reforzar el combate del picudo a nivel nacional.

Con este aporte se realizó la evaluación de las poblaciones y el control del picudo en campos de pequeños productores con hasta 10 hectáreas de algodón sembrado, que carecen de financiación y elementos para esta tarea.

Las Comisiones Zonales de Lucha contra el Picudo continúan trabajando para prevenir el daño a los algodonales y bajo la hipótesis de que los pobladores locales son los más interesados y los que mejor conocen la forma de resolver este problema. Estas comisiones están conformadas y trabajando en forma eficiente en algunas localidades, mientras que en otras no ocurre lo mismo.

Muchos productores relativizaron la incidencia del picudo luego de dos campañas algodoneras muy secas, en las cuales los ataques y los daños provocados fueron muy bajos. Pero la variable climática que hoy tiene el Chaco, totalmente diferente a la campaña anterior, llevó a que muchos productores tomen conciencia de lo perjudicial que puede ser la plaga para el productor algodonero chaqueño.

En esta campaña, la Provincia tuvo un período de lluvias y de excesiva humedad durante los meses de enero y febrero, que impidió realizar los tratamientos terrestres a tiempo, lo que favoreció la propagación y el ataque de la plaga.

En la actualidad, todo el Chaco está declarado como “zona roja”, lo que implica que el picudo está distribuido en toda el área algodonera provincial, habiéndose registrado su ingreso en el año 2002 en la Colonia Amadeo del Departamento 1º de Mayo, proveniente de Pilar, Paraguay.

Para avanzar en su control se realizó un trabajo con SENASA, cooperativas, comisiones zonales, INTA, Consejo de Ingenieros Agrónomos y la Fundación para la Lucha Contra el Picudo del Algodonero (FULCPA).

Con el aporte de todos los interesados se difundió y asesoró sobre los métodos de control de la plaga a través del uso de trampas de feromonas, pulverización de bordes, del recuento de picudo en los lotes y de la utilización de agroquímicos, las dosis, momentos y frecuencias recomendadas, con el objeto de evitar las pérdidas.

La experiencia de esta campaña demuestra que aquellos productores que siguieron estas recomendaciones no tuvieron inconvenientes en mantener las poblaciones de picudo en niveles que no causarán daños significativos al algodón. Los lotes bien manejados no presentan problemas y tienen una carga con un potencial de rendimiento de 2.000 kilos por hectárea o más.

Como contrapartida, en los casos donde no se tuvieron en cuenta estas recomendaciones técnicas, las pérdidas de producción son importantes. Algunos productores, inclusive, pudieron hacer un buen control en un lote, pero no alcanzaron a repetir esta experiencia en el otro.

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