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Ya está todo listo en Uruguay para introducir un nuevo impuesto que gravará las extensiones de tierras superiores a 2000 hectáreas

La medida generó rechazos en la dirigencia agropecuaria. El titular de la Federación Rural de Uruguay, Miguel Sanguinetti, dijo “no es momento de poner impuesto a nada con los problemas que hay a nivel mundial”.

infocampo

Todo está preparado para que la semana que viene el gobierno uruguayo de José “Pepe” Mujica envié al Congreso un proyecto para aumentar los impuestos en campos con extensiones superiores a 2000 hectáreas.

Según dijeron a el diario uruguayo El País fuentes oficiales, la fórmula en la que trabajaron personalmente el presidente Mujica y el vicepresidente Danilo Astori ya está cerrada.

De esta manera, la iniciativa indica que quienes posean de 2000 a 5000 hectáreas deberán pagar 8,0 u$s/hectárea al año; entre 5001 y 10.000 pagarán 12,0 u$s/ha y por extensiones superiores a 10.001 hectáreas el impuesto será de 16,0 u$s/ha. 

Según las previsiones iniciales del gobierno, el impuesto al agro dejará una recaudación de  unos 60 millones de dólares para el Estado nacional. La misma será utilizada para la refacción de caminos rurales que se encuentra en mal estado, aunque también –según se indicó– podría ser empleada para la compra de tierras por parte del Instituto de Colonización de Uruguay.

La noticia generó malestar entre dirigentes agropecuarios. El presidente de la Federación Rural de Uruguay, Miguel Sanguinetti, dijo a El País que “no se toma nada bien el hecho de que se presente el proyecto” y que “es un grave error” aumentar la tributación al agro.

Sanguinetti explicó que la gremial que preside rechazó desde un primer momento el cobro del impuesto porque “cada día que pasa, con los problemas que hay a nivel mundial, no es momento de poner impuesto a nada”.

Para la Federación Rural, el cobro del impuesto no se justifica porque con los 60 M/u$s que se recaudarían “no se hace absolutamente nada en caminería rural; decir eso es ridículo, cuando sabemos que se necesitan arriba de 1100 millones de dólares para empezar a trabajar en infraestructura de forma seria”.

Por su parte, el titular de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), José Bonica, dijo que con el nuevo impuesto el presidente Mujica “se aparta del espíritu con el que muchos inversores trajeron sus ahorros en el país y utilizaron la tierra como mecanismo para invertir acá. Los niveles de inversión se han duplicado y atentar contra esta corriente realmente no lo entendemos”.

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