El decenio 2003-2012 que acaba de concluir estuvo signado por dos fenómenos: el kirchnerismo y la soja donde el 2013 volverá a mostrarlos unidos por la necesidad.
Según publicó el Diario El Litoral, la sojadependencia pasa a ser absoluta con el inicio de la gestión presidencial de Cristina Fernández. Paradojas de un discurso industrialista como pocos.
De acuerdo con el cruce de las informaciones del Indec y de la Cámara de la Industria Aceitera, la liquidación por exportaciones del complejo oleaginoso fue en 2003 de 9.450 millones de dólares, el 60,8 por ciento del saldo favorable de la balanza comercial.
El resultado final de esta década fue un superávit comercial acumulado de 128.451 millones de dólares, impulsado fundamentalmente por el complejo oleaginoso, que en el mismo período liquidó exportaciones por 170.560 millones de dólares.
Es decir que sin la soja y sus derivados, la década kirchnerista hubiera terminado con un déficit en la balanza comercial de 42.109 millones de dólares.

