Conocida por sus declaraciones filosas, Elisa Carrió demostró que en privado sus dichos pueden volverse incluso más ácidos. En la reunión abierta que encabezó en el instituto Hannah Harendt junto a unos 50 seguidores y militantes, la dirigente del frente UNEN apuntó sus críticas contra toda la oposición, según publicó Infobae.
En ese sentido, la diputada electa aseguró que se sintió aliviada cuando salió última en las elecciones presidenciales del 2011, ya que de esa forma se vio liberada “de una enorme responsabilidad de años, de tener que conducir a estos imbéciles opositores”. Luego, en una aclaración que no hizo más que oscurecer la cuestión, explicó que en realidad los dirigentes antikirchneristas “no son malos, son estúpidos”.
Carrió aprovechó además para apuntar sus dardos contra los dirigentes del Partido Obrero, quienes lograron ingresar tres legisladores a la Cámara de Diputados gracias a la histórica elección que hizo el Frente de Izquierda en todo el país. “La gente del Partido Obrero es adinerada”, apuntó.
“Me aburre hablar de política, por eso no fui guerrillera”, argumentó en otro pasaje de la charla que compartió junto al escritor y guionista Marcelo Birmajer y que fue reproducida por el portal de noticias Infonews.
Pocos fueron los que se libraron de las críticas de Carrió. También el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, volvió a ser blanco de sus cuestionamientos, ya que aseguró que “va a cobrar millones de dólares por escribir el Código Civil”.
Incluso la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) resultó salpicada por la catarata de Carrió, quien acusó a sus dirigentes de “negacionistas” por haber emitido un comunicado acusándola de banalizar el Holocausto por haberlo utilizado como comparación con funcionarios del gobierno nacional. “No hay que repetir la historia; si votamos de nuevo a estos hijos de puta (sic) es como salir de la casa de un golpeador y quedarte con otro golpeador”, disparó.
Quizás, todos los dichos de Carrió no hayan sido más que un largo exabrupto, según ella misma reconoció en una parte de la charla. “Cuando estoy cansada digo muchas pavadas”, admitió.
