El ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, juzgó este martes que el vicepresidente Amado Boudou, acusado por presunta corrupción en el caso Ciccone, no protagonizó una “defensa contundente” sino “bastante débil” y poco “clara”, y criticó las “veladas amenazas” del vicepresidente cuando pidió ampliar su indagatoria para “hacer una evaluación política”, según publicó iProfesional.
Fernández aseguró que “no le sorprendería” que el juez federal Ariel Lijo procesara al segundo de la Casa Rosada, quien ayer declaró durante casi seis horas ante el magistrado, y consideró que Boudou “solo respondió parcialmente sobre algunos puntos del cúmulo de imputaciones” en su contra.
“Quedó en la misma situación en la que estaba: de mucha debilidad, pero la diferencia es que ayer pareció tomar más noción de la gravedad del caso que enfrenta”, aseveró Fernández.
En declaraciones a radio Continental, Fernández sostuvo que la del vicepresidente “no fue una defensa contundente ni mucho menos. Su posibilidad de defenderse fue bastante débil. No hubo una clara defensa”.
El ex jefe de Gabinete insistió en reflexionar que “volviendo a leer las imputaciones que el juez le atribuye a Boudou” y luego de conocerse los argumentos brindados por el vicepresidente durante el trámite procesal de ayer, no le llamaría la atención que el magistrado procesara al funcionario.
Fernández denunció que Boudou, al final de su interrogatorio, lanzó “amenazas veladas” al “haber dicho que se reservaba el derecho de ampliar su declaración para hacer una evaluación política”.
“¿Por qué no aprovechó ese momento para hacerlo?”, se preguntó el ex ministro coordinador y agregó: “El argumento de que solo fue a dar respuesta a las cuestiones técnicas es falso. Solo respondió parcialmente sobre algunos puntos del cúmulo de imputaciones. ¿Por qué no aprovechó ese momento para decir lo que tenía que decir?”, insistió.
Al señalar que “es muy grave la imputación de querer quedarse con Ciccone” que pesa sobre el vicepresidente, Fernández remarcó que ante el juez Lijo, éste no solo “quiso contestar selectivamente” el interrogatorio, sino que dio “algunas explicaciones muy llamativas. Por ejemplo, el tiempo que dedica a decir que él no hizo nada irregular pidiendo ante la AFIP que se le otorgara a Ciccone un plan especial de pago por una deuda impositiva”.
Para el ex funcionario, es curioso que Boudou, en ese momento ministro de Economía, “dijera que lo hizo para que no quebrara la imprenta y así no se perdieran los puestos de trabajo”.
“Eso parece razonable, lo único que no parece razonable es que justo lo hizo Ciccone. Muchas empresas cerraron, pero lo hizo solo con Ciccone donde estaba su socio de toda la vida, (José María) Nuñez Carmona”, lanzó.
Por último, Fernández consideró que Boudou “tiene que pedir una licencia, no le pido la renuncia porque todos somos inocentes hasta que se pruebe la culpabilidad”.
“Sería muy saludable para él y para todos que en ese caso pidiera licencia”, dijo el ex jefe de Gabinete, y agregó que a su entender “tendría mejores consecuencias jurídicas para el Gobierno, porque esta defensa cerrada que el Gobierno hace de Boudou es un tema muy complicado”.
En este sentido, recordó que, durante la presidencia de Néstor Kirchner, “hubo tres planteos públicos por supuestos casos de corrupción: el caso Skanska, el famoso caso de las valijas de Antonini Wilson y el caso de Felisa Miceli”, y “en los tres casos se pidieron renuncias sin que existieran causas mediante. Tan sólo el hecho justificó la renuncia. Néstor lo hubiera separado del cargo de vicepresidente”.

