Investigadores y productores trabajan en la posibilidad de implementar la leucaena, una leguminosa con alto valor proteico, como alimento para ganado en la búsqueda de una alternativa que mejore la actividad productiva en el Chaco Salteño, e incremente los rindes y la calidad de la carne producida en la región.
“Esto puede transformarse en una alternativa no solamente para mejorar los rindes de la producción sino también la calidad cárnica, lo que se logra a través de la proteína. Pero además, queremos optimizar la calidad de vida de los habitantes de la región chaqueña y mejorar la seguridad alimentaria”, explicó a Télam Sebastián Lorenzatti.
El ingeniero forestal -oriundo de la provincia de Buenos Aires- posee un posgrado en manejo de bosques nativos vinculados a la ganadería y se desempeña como investigador del INTA, marco en el cual recorre Salta y el norte del país.
“Desde mi llegada a Salta, hace diez años, empezamos a buscar alternativas para la zona, que siempre tuvo el problema de la proteína para la vaca, y encontramos la leucaena en Paraguay”, reveló, tras lo que comentó que la colonia de menonitas asentada en la localidad paraguaya de Filadelfia ya hizo experiencias al respecto con este arbusto.
Contó que los menonitas “están en el desierto, en un Chaco árido, y trabajan con la leucaena asociada con el gatton panic, una gramínea que aguanta el nivel de precipitaciones del lugar, de 400 milímetros anuales”.
“Rivadavia tiene una zona que puede llegar a los 600 ó 700 milímetros, pero después es para abajo, entre 500 y 400”, explicó Lorenzatti.
El extenso departamento Rivadavia, que abarca la franja este salteña, de norte a sur, es considerado una de las regiones más pobres del país, y su suelo desértico por la escasez de precipitaciones y el calor durante casi todo el año coopera con la degradación de los montes, por lo que es necesario encontrar una alternativa para mejorar su producción ganadera.
“De la Pampa Húmeda, que ya no es más ganadera debido a que la soja rinde más, la vaca debe salir, y donde puede ser recibida es en la región del Chaco. Entonces hay que buscar alternativas, y ésta es una”, explicó el investigador.
Detalló que la leucaena “es una leguminosa que si la dejás crecer se hace árbol, pero para el manejo ganadero se planta, al año la recepás para que salgan un montón de varillones de abajo y no crezca más de un metro y medio o dos de alto, por el bocado del animal”.
“Al animal le gusta su sabor, pero no hay que dejarla semillar” porque la proteína de la planta “se va a la semilla” y si la vaca la come “no la va a asimilar sino que que la va a bostear”, explicó el técnico.
Luego, comentó que el Plan Salta 2030 pretende llegar a las cinco millones de cabezas de ganado en veinte años, pero “no tenemos superficie que sustente eso, a menos que encontremos una posibilidad como esta, que a su vez quita presión sobre el monte”, explicó Lorenzatti.
Asimismo, apuntó que en el norte salteño hay un productor suizo que también hizo experiencias al respecto, y alertó que esta gramínea tiene como desventaja la posibilidad de intoxicación con mimosina.
“La mimosina le hace perder el pelo a la vaca. Esto la estresa, deja de comer y pierde peso”, detalló el ingeniero, quien precisó que este problema “tiene una solución muy simple”, ya que “se puede sacar el rumen de una vaca que ya tiene la bacteria que degrada la mimosina y se la inocula en el resto”, y este inóculo existe en la zona, explicó. “Estamos hablando con productores grandes, medianos y chicos para empezar a hacer un sistema de manejo”, sostuvo.
La idea es ensayar dos tipos de modelos silvopastoriles para alimentar el ganado en la zona: uno que intercala una línea de leucaena con otra de gatton panic, y el otro es hacer lote de cada uno, “para ver cuál de los dos funciona mejor”.
Lorenzatti es “de la idea de hacer una línea de leucaena y otra de gatton panic, porque la leguminosa fija el nitrógeno y la gramínea lo absorbe, entonces se complementan, mejora el suelo y la pastura rinde más”, explicó.
El investigador reveló que una vaca de la zona actualmente llega a los 200 ó 300 kilos, con “carne muy sabrosa pero dura”. Y sostuvo que con esta alternativa los animales “pueden llegar a los 500 kilos”, con lo que se mejora “la carga ganadera, con una calidad muy superior a la que tienen”.
Los próximos pasos son, mediante semillas de la planta adaptada en la zona hacer los plantines para comenzar el experimento regional.
La planta “es híper resistente y no necesita riego”, por lo que para lo único que se precisa agua en este sistema “es para el bebedero de las vacas”.
La experiencia puede extenderse 2 ó 3 años, mientras que la planta dura aproximadamente 30, concluyó abriendo una gran expectativa ante los nuevos ensayos.

