El revés productivo que el girasol está mostrando en la campaña 2023/24 tendrá su correlato en menor flujo de ingresos para la economía argentina.
El punto de partida fue el recorte del 21,7% en la cosecha, que cerró en 3,6 millones de toneladas y quedó lejos de las 4,6 millones del año pasado, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
A este escenario productivo, se debe sumar la reducción de las cotizaciones en el complejo girasoles. Este combo tendrá como consecuencia una reducción en el PBI de esta cadena de valor, que pasará de los U$S 2.183 millones del ciclo 2022/23 a U$$ 1.186 millones.
EL GIRASOL, CON NÚMEROS EN BAJA
La caída en los precios de la oleaginosa no es un dato menor. Hace un año, el cultivo cotizaba sobre los U$S 580 por tonelada -de acuerdo a datos del SIO Granos- pero ahora apenas llega a los U$S 300.
En paralelo, la caída productiva también impactará en los números de molienda, a partir de una menor disponibilidad de materia prima.
La BCBA estimó que el año pasado la industria procesó la cifra récord de 3,9 millones de toneladas, mientras que el crushing proyectado para esta campaña se ubica sobre las 3,3 millones.
🌻La campaña 2023/24 de #Girasol finalizó con una producción total de 3,6 MTn, -21,7% respecto al ciclo previo(4,6 MTn).
El #rinde promedio nac. se ubica en 20,2 qq/Ha, – 2,9 % inferior al de las últ. 5 campañas.
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— Bolsa de Cereales ETyM (@BolsadeC_ETyM) April 29, 2024
Así, el cultivo aportará U$S 921 millones en exportaciones y el equivalente en pesos a U$S 292 millones en ingresos por derechos de exportación. Con respecto al ciclo previo, representa un retroceso de U$S 659 y U$S 292 millones, respectivamente.
LOS DATOS DE LA COSECHA DE GIRASOL
En la última campaña, la bolsa porteña indicó que se sembraron 1,85 millones de hectáreas. Esta superficie representó una caída interanual de 21,3% y como dato a tener en cuenta, las demoras que se registraron en los primeros meses causaron reducciones en comparación a las expectativas iniciales.
“A la imposibilidad de concretar los planes de siembra por sequía, se sumó el estrés termo-hídrico durante enero y febrero y los temporales de marzo que impactaron negativamente en la performance del cultivo”, señalaron.
Con estos antecendes, el rinde promedio nacional se ubica en 20,2 qq/aa, un 2,9 % inferior al desempeño promedio de la oleaginosa en las últimas cinco campañas.