En Argentina, la cadena del té representa quizás uno de los mayores ejemplos del potencial exportador que tiene el país en matera de agroalimentos: más del 90% de lo que se produce de este cultivo en Misiones se va al exterior.
Y en el marco de un Planeta que demanda mayor sustentabilidad en los procesos productivos, se dio a conocer una importante novedad en relación a este producto: comenzará a exportarse el primer té argentino con baja huella de carbono.
Puntualmente, la compañía noruega líder mundial en nutrición de cultivos, Yara, concretó el primer acuerdo comercial para utilizar sus fertilizantes Yara Climate Choice en el cultivo de té en Argentina, un paso que posiciona a Misiones como una provincia pionera en la transición hacia una agricultura de bajas emisiones.
El té cumple 100 años en Argentina: radiografía de una economía regional con datos sorprendentes
FERTILIZANTES “SUSTENTABLES” PARA EL TÉ
“Estos fertilizantes representan una nueva generación, que mantienen la misma composición química y calidad de los productos que actualmente la empresa comercializa en Argentina, pero se diferencian por su proceso de fabricación basado en energías renovables”, precisaron desde la empresa.
Gracias a ello, permiten reducir entre un 80 % y un 90 % las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la nutrición de cultivos, sin necesidad de modificar las prácticas de manejo ni comprometer el rendimiento.
En el caso del té, este avance significa una mejora tangible en la trazabilidad y sostenibilidad del producto, factores cada vez más valorados en los mercados internacionales.
Al reducir la huella de carbono desde el origen, Misiones se consolida como un referente regional en la producción responsable de té y yerba mate, dos cultivos emblemáticos de la provincia.
“Para Yara, este logro refuerza la expansión de la iniciativa ‘Yara Climate Choice’ en Argentina y América Latina, que busca acompañar a productores y empresas en la transición hacia sistemas productivos más sostenibles, demostrando que es posible reducir el impacto ambiental sin comprometer la eficiencia ni la calidad“, agregó la firma.
Y cerró: “Este modelo de colaboración abre el camino para que otros sectores agrícolas adopten prácticas de baja emisión, impulsando una cadena alimentaria más sustentable y competitiva a nivel global”.
