Es un lugar común que no suele ponerse en duda que la llegada de los españoles a América trajo lo que llamamos âla civilizaciónâ. En todo caso, para ser más exactos, lo que se dio fue el intento por imponer la civilización del Viejo Mundo sobre uno virgen y que, a través de sus milenarias culturas, ya estaba en marcha con todas sus particularidades.
En ese entonces, lo que llamamos cultura, es decir, las prácticas que sirven para sobrevivir al entorno, estaban reflejadas en los utensillos, muebles y mantas que los aborígenes usaban para convivir con el monte, lugar mítico, casi un edén frente al imaginario de los extranjeros.
Y aún hoy, a muchísimos años de aquellos tiempos precolombinos, todavía existen artesanos que sacan sus materiales del monte y que recuperan las técnicas que usaban los indios para trabajar la madera. Como es el caso de Omar Juarez, quien vive y trabaja la madera en Salta. Los muebles construídos con esta técnica tienen la particularidad de que están hechos con las maderas que el monte le da.
Y con la habilidad de trabajarla de manera que el material no pierda su forma original. Algo que los vuelve únicos y que causan furor entre los compradores extranjeros.
Se podría decir que los muebles que se hacen con esta técnica, preservan el aura del árbol, las formas de la naturaleza.
