La polémica desatada en plena Exposición Rural de Palermo ante el paro nacional agropecuario organizado por Confederaciones Rurales Argentinas y el Plan Ganadero presentado en consecuencia por el Gobierno el pasado lunes 24, llevó a El Federal a reunir a una mesa redonda a cuatro importantes dirigentes del sector para discutir la situación del sector. Así, Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra); Juan Carlos Eiras, presidente de la Cámara Argentina de Engordadores de Hacienda Vacuna (Caehv); Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural Argentina; y Ricardo Mathó Meabe, presidente de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes, aportaron sus propias visiones a la particular encrucijada que vive la cadena de valor ganadera en la Argentina.
-¿Cómo evalúan al paro?
-Ricardo Mathó Meabe: A mí me tocó muy de cerca, porque fui uno de los que tuvo que decidirlo en el Consejo de CRA. Buscamos por todos los medios evitar una medida de fuerza, pero no se dio de ninguna manera: al paro lo hicimos presionados por nuestras bases, y fue muy exitoso debido al alto acatamiento de los productores. La situación de la ganadería en zonas marginales como Corrientes es muy mala. Nos bajaron los precios un 50 por ciento y tenemos una ganadería inviable en esos términos.
-Ernesto Ambrosetti: A esto sumamos los continuos cambios en las normativas y la prohibición a las exportaciones, la limitación al envío de faena de terneros de hasta 280 kilos como máximo, y todos los cambios que tuvimos en estos últimos meses. Esto afectó tanto a los ingresos de los productores como al ingreso de divisas al país, y generó un mal humor y un desaliento de la inversión y la planificación ganadera para los próximos años, debido a la incertidumbre.
-Juan Carlos Eiras: Coincido. Creo que el paro tiene que ver con un contexto de incertidumbre absoluta. Uno puede estar en contra de medidas más o menos dirigistas o intervenciones en los mercados, pero en lo que debemos coincidir algún día es que tenemos que tener un plan real, para que las economías regionales, las ganaderías extensivas, la cría, el invernador y en nuestro caso, los engordadores de corral, tengan un horizonte adónde ir. Podemos discutir cuál es ese horizonte o de qué manera se llega. Lo que no se puede es trabajar bajo la incertidumbre que generan estas políticas. En el contexto general, sin entrar en cada una de ellas, se hace inviable la ganadería como desarrollo sustentable o como proyecto de inversión de cada productor.
-Miguel Schiaritti: Creo que este paro llegó en un momento inoportuno y es extemporáneo. Es un error más de los que vienen cometiendo la dirigencia y el Poder Ejecutivo en estos ocho meses de confrontación, porque la reapertura de las exportaciones es casi total y la recuperación de precios la vemos hoy, desde hace quince días. El lanzamiento del Plan Ganadero en el mismo día del paro me da esperanzas. Es muy oportuno. A partir de acá debemos pensar en serio en la solución de todo el sector, no sólo la gente de ganados y carnes, sino también del Estado, entendiendo como tal al conjunto de la sociedad, sin olvidarnos del consumidor y de que el Ejecutivo tiene necesidades concretas de que la inflación no genere desequilibrios en la macroeconomía.
-Cuando habla de los errores de los dirigentes agropecuarios, ¿a qué se refiere?
-MS: Me parece que la agresión a la figura presidencial es un error que no tiene justificativo. Se puede discrepar, pero no hay motivo para enojar al poder político desafiándolo de manera hasta insolente.
-RMM: Es muy fácil para la industria frigorífica, que es la más beneficiada por todo esto, decir que el paro es extemporáneo. Coincido con Schiaritti en que hay que luchar contra la inflación y no agredir al Presidente. De hecho, institucionalmente no conozco ninguna institución que lo haya agredido, a no ser algún caso individual totalmente circunstancial, pero acá hay que tener en cuenta que el precio indicativo dado por el Gobierno en su momento era de $ 4,40 la carne y los frigoríficos la estaban pagando en las zonas marginales a $ 3,60. De ese precio al indicativo, que no hubiese subido para nada la inflación, hay una brecha inmensa. Por otro lado, tenemos la vaca conserva, que estaba costando $ 1,30 y ahora está costando $ 0,60, y es una carne que acá en la Argentina no se consume y otro sapo que tuvimos que tragarnos todos los productores agropecuarios. Mientras tanto, el único beneficiado no ha sido el consumidor, sino la industria frigorífica. Entonces, es obvio que el señor Schiaritti piense así, pero no es para nada el pensamiento de los productores.
-EA: En realidad, el productor agropecuario es el único que perdió en toda esta situación, aparte del país en general, porque cuando empiezan a cerrar las exportaciones obviamente se genera una pérdida de confianza hacia el país que va a afectar a nuestros clientes en el exterior durante mucho tiempo y no va a ser fácil recuperar. A pesar de que el Gobierno viene haciendo una reapertura parcial de las exportaciones, obviamente los compradores en el exterior van a querer continuidad, calidad y precios competitivos. Por desgracia, esto no se les puede otorgar, porque las resoluciones salen por sesenta o noventa días y eso no genera posibilidades. El Gobierno no tomó las medidas idóneas que hubieran facilitado la salida de esta crisis de la carne, tanto para el mercado interno como internacional, pese a que fueron propuestas por toda la cadena tanto a la ministra de Economía como al Poder Ejecutivo en varias oportunidades. El paro fue reflejo de los errores cometidos y la falta de atención a las advertencias que vino haciendo la dirigencia agropecuaria, que ya hace dos años decía que era necesario implementar un plan ganadero, como el que presentamos el año pasado desde la Sociedad Rural.
-MS: Discrepo con que el único beneficiario fue el sector frigorífico. En realidad, fue el primero que recibió la cachetada, con el cierre de las exportaciones, quedándose con un altísimo stock sin poder salir. Este cierre terminó perjudicando a toda la cadena de la industria frigorífica, con grandes pérdidas. Es cierto lo que reclama el sector productor, ya que el que más sufrió en la cadena fue el criador que encontró el cierre de las exportaciones justo cuando debió sacar a la vaca del campo y prácticamente la tuvo que regalar. También es cierto que algún sector financiero o alguna industria frigorífica grande que trajo divisas del exterior se benefició comprando vacas a muy bajo precio para stockearlas y exportarlas después. Pero eso fue posterior al daño que tuvo toda la cadena. Me da la sensación que buscar culpables a esta altura ya no tiene más sentido.
– Los productores dicen que perciben un precio muy bajo por su ganado en pie.
-MS: Deseo fervientemente que el novillo argentino tome valores internacionales. De lo que estoy seguro es que si esto ocurre de un día para el otro, se generará caos en la economía, o fuertes presiones sobre la puja salarial. Hay que hacerlo en forma paulatina. Tenemos cuatro o cinco años de poder adquisitivo alto y una demanda interna de carne importante. Y si miramos al mundo, tenemos diez años, si no quince, de un mercado internacional altamente demandante y de altos precios. Lo que necesitamos es paciencia para llegar al objetivo. En seis meses no lo vamos a lograr.
-¿Cómo ven al Plan Ganadero presentado por el Gobierno?
-JCE: No sé si fue oportuno que en el medio del paro el Gobierno presentara el Plan Ganadero, pero no me corresponde a mí evaluar eso. Lo que sé es que el Gobierno nos hizo perder el 25 por ciento de nuestro capital de trabajo. Las cosas hay que llamarlas por su nombre, porque vamos a necesitar muchos años para recuperarnos.
-EA: El Plan Ganadero era algo anhelado por todos, que el sector viene pidiendo y los productores necesitan. Sean pequeños, medianos o grandes, los productores buscan un estímulo para aumentar la producción. Al margen de esto, hace falta visibilidad: se ha perdido el horizonte. Hoy debería darse una señal de certidumbre de que se va a poder exportar en los próximos años sin restricciones, para alentar al productor a invertir.
-RMM: El Gobierno nos tiene que decir claramente adónde quiere ir, qué se quiere lograr, para qué queremos producir carne. El ciclo completo de la cría nos lleva de cuatro a cinco años. No podemos tener tanta inseguridad para una inversión que recién vamos a recuperar en ese plazo si cada tres meses nos cambian las reglas de juego. Este plan fija objetivos parciales y da herramientas para llegar a algún lado, pero no nos dice para qué. Otra cosa que no dice el plan es qué se hará con la rentabilidad del sector ganadero. Todos los subsidios que ofrecen son buenos, pero si no hay rentabilidad esto será un salvavidas de plomo para la actividad.
-MS: En la industria, me parece importante avanzar sobre lo que es el cuarteo, que va a dar mejores herramientas a la industria frigorífica para llegar con el producto más requerido a todos los lugares y obtener el mejor precio por la media res, y quiero que la gente entienda que seguramente no se va a traducir en mejores precios para el público, sino en un mejor poder de compra de la industria respecto del novillo. El precio al consumidor no tiene por qué cambiar. Por ejemplo, en Barrio Norte voy a bajar tres cuartos traseros y un cuarto delantero, que se supone va a consumir el portero de un edificio. Esa demanda va seguir. Antes, el portero del edificio compraba el cuarto delantero subsidiado porque se pagaba más caro el trasero. El trasero se seguirá vendiendo en el mismo valor, pero al delantero lo va a pagar más caro.
-Yo soy el portero del edificio, y no me cae muy bien lo que usted diceâ¦
-MS: Yo estoy explicándole el mecanismo económico. Y lo mismo va a ocurrir con el subsidio que se hacía sobre el lomo en barrios de bajos recursos, donde valía 10 pesos cuando en Barrio Norte vale 16. Ahora, ese lomo va a valer 16 pesos en todas partes.
-Ya entendí. Los pobres no comerán más lomo.
-EA: En cuanto a la producción, a lo que apunta el Gobierno es a ayudar a través de subsidios a pequeños y medianos productores de hasta mil cabezas. Hay subsidios para implementación de pasturas, medidas sanitarias, alimentación y capacitación. Pero lo que nosotros le habíamos pedido al Gobierno es que, para aumentar la producción, ayude al ciento por ciento del rodeo nacional. Para eso sugerimos medidas fiscales como las que están anunciadas, como la amortización acelerada de inversiones en infraestructura y maquinarias, y un estímulo de excepción a ganancias a novillos superiores a 450 kilos. Estas dos medidas son importantes, pero van por proyecto de ley y las tiene que aprobar el Congreso. Si el compromiso político del Gobierno es real, estas leyes se deberían aprobar antes de 30 a 40 días. El país no puede esperar que este estímulo se demore cinco o seis meses, porque nos dejaría igual que hoy.
-RMM: El Plan Ganadero es una gran respuesta del Gobierno. Me parece que sólo con diálogo constructivo vamos a sacar el sector adelante. Yo acepto que de parte de los dirigentes pudo haber habido algún exceso, pero es consecuencia de las presiones que las bases ejercen sobre nosotros. Lo que sí espero es poder dialogar. Queremos que el Gobierno deje de darnos órdenes.
Texto:
Gustavo Hierro
Fotos: Marcelo arias
