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âHay operaciones por hasta 12.000 dólares por hectárea"

Crece el interés en un escenario de oferta acotado. Los valores se alejan cada vez más de la dinámica del negocio agrícola. La tierra se transformó en una reserva de valor muy buscada por inversores locales e internacionales. Buscan refugio para protegerse de la crisis de confianza existente en el dólar estadounidense.

Crece el interés en un escenario de oferta acotado. Los valores se alejan cada vez más de la dinámica del negocio agrícola. La tierra se transformó en una reserva de valor muy buscada por inversores locales e internacionales. Buscan refugio para protegerse de la crisis de confianza existente en el dólar estadounidense.
infocampo
Por Infocampo

âLos campos han llegado a un valor en el que la gente duda si hacer o no operacionesâ, afirmó a Infocampo Pedro Nordheimer, director de la inmobiliaria rural homónima. âSé de operaciones de ventas en el sur de Santa Fe por hasta 12.000 u$s/haâ, aseguró el entrevistado.

âHay mucho interés y poca oferta, por eso suben los alquileres y los valores de los campos; pero los números actuales están lejos de la realidad del negocio del productorâ, comentó Nordheimer. âLos valores pedidos por campos, con respecto a marzo del año pasado, aumentaron entre un 30% y un 40%%â, agregó.

Por su parte, Alejandro Luis de Elizalde, director de Elizalde, Garrahan & Cía., comentó que âla demanda para campos agrícolas está muy firme y la oferta disponible es escasaâ.

âLos valores en el norte de la provincia de Buenos Aires, por buenos campos, pueden ubicarse por arriba de los 10.000 u$s/hectáreaâ, añadió De Elizalde.

En los últimos años la tierra se ha transformado en una reserva de valor muy buscada por inversores locales e internacionales ante la crisis de confianza existente en el dólar estadounidense (fenómeno que también explica, en parte, el importante incremento de precios que registraron los commodities en el último lustro).

El dólar estadounidense es el patrón monetario de referencia mundial. Pero desde comienzos de la década del ´70 no tiene respaldo alguno en un bien tangible. Por ende, cuando la oferta global de dólares es excesiva (tal como sucede en la actualidad) los capitales se trasladan hacia bienes tangibles para protegerse de desvalorización monetaria.

Javier Lanari

Crece el interés en un escenario de oferta acotado. Los valores se alejan cada vez más de la dinámica del negocio agrícola. La tierra se transformó en una reserva de valor muy buscada por inversores locales e internacionales. Buscan refugio para protegerse de la crisis de confianza existente en el dólar estadounidense.
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Por Infocampo

âLos campos han llegado a un valor en el que la gente duda si hacer o no operacionesâ, afirmó a Infocampo Pedro Nordheimer, director de la inmobiliaria rural homónima. âSé de operaciones de ventas en el sur de Santa Fe por hasta 12.000 u$s/haâ, aseguró el entrevistado.

âHay mucho interés y poca oferta, por eso suben los alquileres y los valores de los campos; pero los números actuales están lejos de la realidad del negocio del productorâ, comentó Nordheimer. âLos valores pedidos por campos, con respecto a marzo del año pasado, aumentaron entre un 30% y un 40%%â, agregó.

Por su parte, Alejandro Luis de Elizalde, director de Elizalde, Garrahan & Cía., comentó que âla demanda para campos agrícolas está muy firme y la oferta disponible es escasaâ.

âLos valores en el norte de la provincia de Buenos Aires, por buenos campos, pueden ubicarse por arriba de los 10.000 u$s/hectáreaâ, añadió De Elizalde.

En los últimos años la tierra se ha transformado en una reserva de valor muy buscada por inversores locales e internacionales ante la crisis de confianza existente en el dólar estadounidense (fenómeno que también explica, en parte, el importante incremento de precios que registraron los commodities en el último lustro).

El dólar estadounidense es el patrón monetario de referencia mundial. Pero desde comienzos de la década del ´70 no tiene respaldo alguno en un bien tangible. Por ende, cuando la oferta global de dólares es excesiva (tal como sucede en la actualidad) los capitales se trasladan hacia bienes tangibles para protegerse de desvalorización monetaria.

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