Especialistas del INTA certificaron la presencia de los primeros focos de roya de la soja en la provincia de Corrientes. La enfermedad fue detectada el jueves pasado en campos situados en las localidades de Mercedes y Esquina.
Además en los últimos días los focos infecciosos se extendieron sobre la provincia de Entre Ríos y las regiones del centro-norte de Santa y norte de Buenos Aires (la enfermedad ya fue confirmada en Junín, Baradero, Exaltación de la Cruz, Zárate y Campana).
“Las zonas más críticas son aquellas en las cuales se hacen ciclos más largos. En el caso de Buenos Aires por el momento se trata de casos puntuales”, comentó hoy a Infocampo.com.ar Margarita Sillon, especialista en patología vegetal de la Universidad Nacional del Litoral.
“En la zona del Litoral, en cambio, se trata de una enfermedad importante y hay que estar muy alerta porque puede seguir habiendo progresos” de la misma, advirtió Sillon, para luego mencionar que “hay zonas donde no se hicieron la aplicación de fungicidas correspondientes”.
El hongo de la roya de la soja (Phakopsora pachyrhizi) requiere, para germinar e infectar, de al menos seis horas de mojado foliar o rocío persistente en los cultivos y necesita además temperaturas frescas a templadas (16 a 24°C).
Es un patógeno policíclico que tiene penetración directa en hojas y que puede desarrollar un ciclo completo en cinco días si las condiciones ambientales son conducentes. Generalmente tales condiciones están ocurriendo en la región central argentina desde marzo en adelante, aunque en este ciclo la enfermedad comenzó a aparecer a fines de enero.
La mejor forma de prevenir esta enfermedad es realizar un monitoreo semanal del cultivo de soja. Un trabajo serio debe incluir la extracción de folíolos inferiores con síntomas sospechosos (puntos negros) y la posterior revisión con una lupa del envés de cada folíolo, para así detectar a tiempo la presencia de pústulas.
En la roya de la soja los primeros síntomas pueden pasar desapercibidos para el recorredor de lotes, ya que presenta puntos o pequeñas lesiones necróticas en las hojas inferiores que suelen confundirse con la enfermedad de la mancha marrón.
Foto: Margarita Sillón

