El bienestar animal en la producción bovina de carne consiste en una serie de medidas destinadas a aplicar conocimientos, para que los animales se vean libres de maltrato y sufrimiento innecesarios.
Marcos Giménez Zapiola, consultor agropecuario, explicó que en nuestro país no existe entre los productores ganaderos conciencia de los efectos del maltrato en la hacienda. La escala para definir el maltrato en animales varía según el sistema productivo y el país, pero el denominador común en el manejo ganadero es el encierre, la inmovilización y el hacinamiento: “Siempre se trabaja contra el animal.
El apremio es la característica principal a la hora del manejo, se aplican diferentes formas de violencia, como picanas, golpes y gritos”, detalló el consultor.
Estas malas prácticas se traducen en pérdidas económicas en toda la cadena de valor, y el común denominador a la hora del manejo ganadero es obligar y forzar al animal: “El maltrato animal significa una pérdida del 2% en el valor total del novillo”, graficó Zapiola.
El consultor explicó que en un animal de 450 kilos de peso, y un valor promedio de u$s1,04 el kilo, las pérdidas por no tener en cuenta el bienestar animal ascienden a u$s9,40 por animal.
En esta línea, por cada 100 animales se perderían u$s940. Según explica el consultor, los casos más frecuentes que se presentan en los establecimientos de faena son la carne oscurecida y la carne golpeada: “Debido al estrés sufrido por el animal, la carne no madura bien, y al momento de la faena está oscura, es un producto no apto para el consumo humano”, detalló.
Zapiola comentó que las consecuencias de este tipo de manejos se perciben en toda la cadena de valor, no solamente en las plantas de faena: “Disminuyen los índices de preñez, hay pérdidas al destete de casi un 10%, y en animales de feedlot el engorde es mucho más lento”.
El consultor señaló que la implementación de pautas básicas de bienestar animal en el rodeo no implican ningún tipo de costo adicional. La clave en el bienestar animal pasa por conocer y aprovechar los impulsos del animal:
“Hay que manejar los vacunos siempre en grupos, y no permitir animales aislados, salvo por períodos muy breves y por necesidades muy específicas. De esta manera, el manejo es más efectivo sin la necesidad de emplear métodos violentos”.
