De acuerdo a las perspectivas 2020 previstas por el Ministerio de Agricultura de la Nación (157 millones de toneladas de granos), Argentina se plantea un desafío a corto plazo en la generación de energías renovables.
El país presenta una balanza comercial energética negativa, presentando una oferta que no alcanza a cubrir la demanda puntual en diferentes lugares del interior del país por problemas de distribución, por lo que la evaluación de distintas alternativas para producir energía a partir de biomasa vegetal es una necesidad y oportunidad para el productor agropecuario argentino.
También debe tenerse en cuenta las estimaciones del PEA y el requerimiento de mayor disponibilidad y distribución territorial de energía en origen; el incremento esperado en la producción de alimentos para 2020, y otros mercados como el ganadero y avícola.
Todos estos factores demandan comenzar a generar bioenergía en origen, donde intendentes de todo el país tendrán una participación estratégica en el desarrollo industrial de parques industriales y agroalimentarios.