Mendoza logra colocar unos 10 millones de latas de durazno en Brasil a partir del cupo que anualmente aquel país, destino de un 50% de las ventas totales, aplica al ingreso del producto local.
Según publicó el Diario Los Andes, desde hace meses la situación está complicada y se agrava debido a que las gestiones realizadas por funcionarios provinciales y nacionales en Porto Alegre hace más de un mes parecen haber caído en saco roto: tras el anuncio oficial de que se destrababa el ingreso de unos 6 millones de latas varadas en la frontera, ahora hay tanta preocupación como en aquel momento porque, dicen en la industria, “no ingresó una sola lata”.
Tanta es la preocupación que, mientras se avanza en un relevamiento entre los exportadores para conocer el dato al día de cuántas cajas están bloqueadas, dirigentes de la Fepedi (Federación del Plan Estratégico del Durazno Industria) pidieron una reunión con el ministro de Agroindustria, Marcelo Barg, que los recibirá esta tarde.
Y, junto a Cafim (Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza), despacharon sendos escritos a la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, y a Copal (Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios), la cámara madre nacional, para que tomen cartas en el asunto.
No obstante, según estimaciones de Cafim, sólo ingresaron al país vecino 5 millones de latas, equivalente a poco más de 200 mil cajas de 24 unidades. La mitad del volumen acordado para éste año.
Según Raúl Giordano, presidente de Cafim “está todo trabado y no le encontramos solución. Lo concreto es que Brasil no ha cumplido el acuerdo de Porto Alegre, desde donde se manejan las licencias como verdaderas barreras paraarancelarias frente a los cupos”.
Con la cuenta saldada del 2011 (10,5 millones de unidades, casi un 10% por encima de lo convenido para 2010), ahora los ojos están puestos en que esa pauta se efectivice. Para Carlos Quintero, gerente de Fepedi, es clave que “las empresas brinden información precisa sobre el volumen pendiente”.
De hecho, la consigna se planteó en una reunión sectorial el martes 6: medir el ritmo de ingreso y la mercadería que espera en la frontera. Datos que recién se conocerán la semana próxima.
El miércoles ya habían empezado algunos contactos entre funcionarios argentinos y brasileños en busca de una salida. Y si bien algunos intentan bajar el tono, otros fruncen el entrecejo. “Desde la reunión en Porto Alegre no volvió a ingresar una sola lata más desde Mendoza”, resumió Roberto Lamm, gerente de Alco.
El 3 de octubre se había destrabado, al menos a nivel de anuncio oficial, la entrada de 6 millones de latas. A las pretensiones del sector privado de Brasil nucleado en Sinocopel, la contraparte brasileña de Cafim, se había sumado desde marzo la superposición de las licencias no automáticas que el gobierno de Dilma Rousseff decidió extender al durazno, luego de aplicarlo a otros productos como las aceitunas y aceite de oliva, como respuesta a las restricciones argentinas a las importaciones.
La respuesta informal de la cúpula de Sinocopel, que asegura agilizar gestiones para liberar licencias no automáticas (el plazo máximo es de 60 días) no convence a los industriales mendocinos.
“Resulta poco creíble, porque allá la cosecha terminó y quieren tener la pista libre hacia fin de año para vender su producción”, analizó un alto ejecutivo que pidió reserva.
Otro dato: sin información sobre el volumen de durazno que dejó la cosecha en Brasil ni previsión acerca de las ventas, empiezan las dudas acerca de cómo impactarán esos números en el cupo del 2013.
Por ahora, desde el Gobierno mendocino asumen que el problema gira en torno a un “remanente” de unos 4 millones de latas. Así lo analiza Barg, quien garantizó su apoyo a las gestiones.
“Con Fepedi vamos a hacer un seguimiento del plan acordado en su momento con Sinocopel. El problema está en Brasil y es entre privados, pero como Estado vamos a ayudar”, concluyó el funcionario.

